Educación personal
Que no paramos de crecer, de aprender, resulta obvio. A poco que uno medite sobre ello, lo verá claro. Y de todo lo que podemos aprender, lo que más cuesta es el conocimiento de uno mismo.
Y no sólo me refiero a ser consciente de nuestras debilidades, de nuestros miedos, sino de ser conscientes también de nuestros valores y serlo constantemente.
Muchas veces, sin intención consciente de provocar daño, lo hacemos. Encontramos más divertido hablar de las posibles miserias de los demás que de sus virtudes, tal vez temiendo que las virtudes de los demás apaguen las nuestras. No nos damos cuenta de que con ello estamos quitando vida esas personas y a nosotros mismos.
Cuando uno está seguro de sus propios valores, no necesita hundir al otro para flotar sobre las miserias mundanas.
Un antiguo axioma, convertido en letra de canción, dice: "Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio, no lo digas."
Ahi va un cuentecito:
1 comentario:
Un sabio fue visitado por un amigo que se puso a hablar mal de otro amigo del sabio, y éste le dijo: “Después de tanto tiempo, me visitas para cometer ante mí tres delitos: primero, procurando que odie a una persona a la que amaba; segundo, preocupándome con tus avisos y haciéndome perder la serenidad; y tercero, acusándote a ti mismo de calumniador y malediciente”.
La maledicencia, la calumnia y el
chisme son muchas veces nuestros aliados. En los medios de comunicación no falta la práctica de este desaconsejable "deporte".
¿Cuáles son los huecos que necesitamos llenar, y por qué razones lo hacemos de modo tan dañino y equivocado?
Me dejas un buen tema de reflexión...pensaré sobre mis razones:...cobardía, vanidad, inseguridad,envidia ..?
Gracias, es muy profundo el tema ...bucearé, ya te contaré lo que encuentro.
Te estás haciendo un experto transmitiendo tantas cosas ...a través de cuentos e historias...
Un abrazo
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