La música, un ascensor
He tenido el privilegio de participar en la celebración de las bodas de plata de mi prima Finita y su marido Jesús. Ella es, en realidad, prima de mi madre, pero es tan sólo unos pocos años mayor que yo y siempre la he considerado como prima mía. Él, Jesus Reig, es un afamado pintor de Ibi, cuyos cuadros tienen el encanto y la calidad que nacen del constante y paciente estudio de las diversas técnicas pictóricas juntamente con la sensibilidad del verdadero artista, de aquél que es capaz de encontrar los destellos de la belleza en las cosas más sencillas y plasmarlas luego en su obra.
Jesús nació en el seno de una familia de artistas cuya sensibilidad se manifestó a través de la música. En esta familia, los Reig, todo el mundo sabe tocar algún instrumento y en sus reuniones familiares disfrutan tocando y cantando todo tipo de canciones, lo que hace que esos momentos se conviertan en verdaderos recitales.
Claudio Reig, el patriarca de la familia, fundó una empresa de juguetes musicales que se caracterizan por su calidad musical e idoneidad como medio educativo en los primeros años de la infancia y la niñez. La música es uno de los medios más eficaces para educar a las personas en casi todos los aspectos fundamentales, complementándose muy bien con la gimnasia a través del baile. Platón consideraba que era esencial instruir a la juventud en geometría, música y gimnasia, como base para otras ciencias posteriores como la oratoria, la filosofía, política, etc.
Y ayer pude ver que la música es un medio idóneo para unir voluntades y sentimientos, algo muy propio del ser humano. Durante muchos años, ha estado la música relegada al olvido en los planes educativos de España y creo que eso se nota en los de mi generación. La juventud actual, además de escuchar mucha música, la practica de las formas más diversas y muchos saben tocar algún instrumento, lo que les hace poder vivir y compartir su propia sensibilidad.
Sea esta entrada un homenje a todas las personas que han aportado con su música toda su sensibilidad a la Humanidad.
1 comentario:
Me acuerdo cuando vivíamos todos en la Glorieta y venía Fina de Francia a pasar unos dias en verano. Siempre recordará aquella primitiva Polaroid que trajo cuando apenas teníamos 8 o 9 años.
Desde aquí mis felicitaciones a ambos.
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