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viernes, 23 de noviembre de 2007

Afectos y emociones


Leyendo la sección "LOS PADRES HABLAN" de la revista "PADRES", en su número de Noviembre 2007, encontré este comentario que le hacía Luciano Montero, doctor en psicología, a Juan Manuel de Prada por su artículo "Afectos y Emociones".

Como me ha parecido tan interesante, lo transcribo aquí:

LA EDUCACIÓN MORAL ES NECESARIA.
Señor de Prada, tras leeer su artículo "Afectos y emociones", le rogaría que tome en consideración unas cuantas preguntas.
¿Por qué le parece inadmisible que la formación de los afectos y las emociones sea abordada en la escuela, e incluso afirma que es un distintivo de los sistemas totalitarios?
¿También se apunta usted a la surrealista equiparación de la Educación para la Ciudadanía y la Formación del Espíritu Nacional?
¿Y esa sorprendente afirmación de que una asignatura no puede pretender concienciar porque la conciencia es prerrogativa de cada ser humano?
¿De verdad cree usted que el ser humano forma su conciencia de un modo autista, solipsista?
¿Sabe usted lo que es la socialización del individuo?
¿Sabe que la escuela, complementariamente a la familia, es una agencia fundamental de socialización?
¿Y de verdad cree que los sentimientos y las emociones no deben ser educados, o que la familia se basta y se sobra para hacerlo?
¿Sabe usted lo que es la inteligencia emocional y las posibilidades que existen de desarrollarla mediante programas adecuados?
¿Cree usted que el sistema educativo puede desentenderse de promover en los incipientes ciudadanos el desarrollo de sentimientos como la compasión, el respeto o el altruismo?
¿Sería ese un sistema educativo responsable y deseable?
¿No será que hay personas -no sé si hay que incluirle a usted o no- que no conciben ni quieren consentir ninguna educación moral fuera de la religión, que no conciben ni quieren hacer lugar a una moral laica y humanista, no teísta? Claro, o la religión o el vacío moral, es decir el caos, y el camino para consumar esa profecía autocumplida es no consentir ninguna educación moral fuera de la religión.
¿No le parece a usted que ésa es una posición irresponsable y suicida, que no se puede condenar a los niños a la privación de ninguna educación moral fuera de la religión? ¿Se da cuenta de las implicaciones?
Y sin embargo, comprendo el recelo a que el gobierno de turno pueda utilizar esa asignatura como un instrumento de adoctrinamiento.
La solución no es suprimirla, sino garantizar que sus contenidos -contenidos ciertamente sensibles, porque atañen a la moral- sean consensuados por las diferentes fuerzas políticas que tienen cabida en nuestro sistema democrático. Algo tan sencillo como eso.
Pero ésta es una cuestión de procedimiento, no una cuestión de pricipio.
Luciano Montero, doctor en psicología.


A mí me parecen preguntas muy acertadas, e incluso creo que llevan aparejada la respuesta. Todo muy digno de reflexión.

Como también lo son las palabras del juez de menores Emilio Calatayud, famoso por sus sentencias educadoras. Por cierto, los que asistan a las Jornadas previas a la Asamblea General Ordinaria de la FAPA "Gabriel Miró", de Alicante los días 1 y 2 de Diciembre, podrán disfrutar de una interesante ponencia por parte de don Emilio.

Aquí tenéis parte de una intervención suya en un evento similar.

1 comentario:

Luciano dijo...

Agradezco su atención a mi comentario sobre el artículo "Afectos y emociones" de D. Juan Manuel de Prada. Complace ver que una simple carta en una sección de lectores logra el eco deseado en personas como usted.