Dificultades personales - TIMIDEZ
Éste es , tal vez, uno de los problemas que más condicionan la felicidad de las personas. La timidez, o fobia social, es un tipo especial de miedo que nos impide relacionarnos de forma adecuada y natural con las demás personas y con el entorno social.
Personalmente, he sido tímido durante toda mi niñez. Suelo decir que ahora no tengo vergüenza porque la consumí toda durante mi niñez. Lo pasé tan mal, que quiero aportar lo que sea para ayudar a quien lo sufra, o a quien tenga hijos tímidos, para que superen ese miedo a relacionarse con los demás.
La causa principal de la timidez es la baja o nula autoestima. Creer que no servimos para nada, que somos el hazmerreir, que nadie nos valora, o que no tenemos valor o interés para los demás. Eso es un infierno. Sobre todo cuando se experimenta durante la niñez o la adolescencia, ya que los demás niños o jóvenes no suelen ser comprensivos con las dificultades que soportan los tímidos.
Es, pues, evidente que el primer paso para ir mudando la timidez en confianza, es la re-valorización de uno mismo. La función de los padres, familiares, maestros es importantísima. Tanto como la propia determinación de dejar de ser tímidos.
Para ayudar a los hijos tímidos, es fundamental el amor. El cariño, junto al refuerzo de los valores demostrables del niño, y el diálogo sincero para llegar a los sentimientos que provocan en él esta situación.
Yo era tan tímido que prefería hacer un gran rodeo en mis desplazamientos por el pueblo, con tal de no pasar por los lugares más frecuentados por la gente. No obstante, reconozco que en los ambientes de confianza, esa timidez desaparecía. Así, pues, se trataba de miedo a que las personas que no me conocían no me valoraran positivamente.
Eso terminó en cuanto comprobé que era tan valioso como cualquiera, y que la actitud frente a los demás es determinante para provocar una determinada reacción en los demás. Fue a los catorce años.
Ahora me encanta conocer gente nueva y hablar con todo el mundo. Compruebo cada día que todo el mundo tiene sus miedos y sus fobias, y que casi todo el mundo es buena gente. Compruebo que una sonrisa abre las puertas más oxidadas, y que en los ojos de los demás está escrita su vida y experiencias. También en los míos.
Sólo es necesario convencerse de nuestro propio valor, y procurar estar alegres.
Por si quieres saber tu grado de timidez, puedes hacer este test.
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