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sábado, 10 de mayo de 2008

En el cruce de caminos


Debo reconocer que los cuentos, las historias cortas, las fábulas, tienen una forma de mostras las cosas que llegan directamente al corazón y a la mente.

De tanto hablar que la Educación está mal, que el fracaso escolar (o Educativo, según se mire) es cada día mayor, que no hay suficientes Colegios ni profesionales capacitados..., de tanto hacer caso de las noticias que nos bombardean, nuestra tendencia es a perder la capacidad de ver las cosas que sí que van bien, lo que realmente podemos hacer cada uno de nosotros, lo que hacemos en conjunto, y llegamos a acompasar nuestro ritmo al que imponen los medios de comunicación.

Hoy he leido ésto:



En el cruce de caminos


Érase una vez un hombre que vivía muy cerca de un importante cruce de caminos.

Todos los días, a primera hora de la mañana, llegaba hasta allí, donde instalaba un puesto rodante en el cual vendía bocadillos que él mismo horneaba.

Era sordo, por lo tanto no escuchaba la radio. No veía bien, por lo que ni un solo día leía los diarios.

Meses después alquiló un terreno, levantó un gran letrero de colores y personalmente pregonaba su mercancía gritando a todo pulmón: "Compre deliciosos bocadillos calientes", y la gente compraba cada día más.

Aumentó la compra de insumos, alquiló un terreno más grande y mejor ubicado y sus ventas se incrementaron día a día. Su fama aumentaba y su trabajo era tanto que decidió buscar a su hijo, un hombre de negocios de una gran ciudad, para que lo ayudara.

A la carta del padre, su hijo respondió: ¡Pero papá! ¿No escuchas la radio ni lees los periódicos, ni ves televisión?. ¡¡¡¡Este país está atravesando una gran crisis, la situación es muy mala... No podría ser peor!!!!.

El padre pensó: "Mi hijo trabaja en una gran ciudad, lee los periódicos y escucha la radio, tiene contactos importantes... Debe saber de qué habla...".

Así que revisó sus costos, compró menos pan, disminuyó la compra de cada uno de los ingredientes y dejó de promocionar su producto. Su fama y sus ventas disminuyeron día a día.

Tiempo después desmontó el letrero y devolvió el terreno. Aquella mañana escribió a su hijo y le dijo: "Tenías mucha razón: verdaderamente estamos atravesando una gran crisis".

La historia de la humanidad demuestra que sólo salen adelante aquellos que creen poder hacerlo.

La foto la he tomado de la Web de Bujaraloz

1 comentario:

Anónimo dijo...

"Cuando decides dar poca importancia a un problema, se reduce por sí solo" (Catherin Rambert)
Es un buena historia para reflexionar, pero lo interesante es ponerla en práctica y ver lo que pasa...
Un abrazo