El día del libro
Resulta lógico, verdad, hacer referencia en una bitácora sobre Educación del Día internacional del Libro.
Para los que solemos leer todos los días un rato, aunque sólo sea media hora, es una conmemoración innecesaria, o al menos así lo veo yo. Pero es que no me doy cuenta de que no todo el mundo lee ni siquera esa media hora. No pasa nada, desde luego. El que no lee no es más tonto ni menos persona. Pero es indudable que el que lee suficientemente y sobre temas variados, sí que tiene más puntos de referencia para interpretar el mundo en que vivimos.
Y se trata de fomentar esa afición por la lectura en las nuevas generaciones, nacidas en la moda de la prisa, de los resultados instantáneos. Se constata que el libro no va a morir por culpa de los nuevos inventos. Las ventajas de los libros son tantas que lo hacen imbatible.
A un libro nunca se le acaba la pila, ni queda fuera de cobertura. Nunca pierde la señal cuando hay tormenta, ni sufre las interferencias de las industrias vecinas. No tiene cortes publicitarios, y puedes prestarlo sin que te persigan por ello. Puedes usarlo en el autobús, en el avión, en el tren... No es afectado por los virus, ni corre el riesgo de que se borren sus archivos.
Los hay de bolsillo, de edición de lujo, con fotos o sin ellas. De tapa dura o flexible. Siempre se pueden utilizar sin que quede obsoleto el soporte en el que están impresos, caben en cualquier sitio y no tienen cables.
Y son, en muchas ocasiones, el mejor compañero y maestro de la vida. Sobre todo en los primeros años de juventud. Luego, en la madurez, son amigos incondicionales.
Vamos, que todo son ventajas.
1 comentario:
El libro es el objeto, pero lo importante es la lectura. La celebración de este día es una excusa para invitar a la lectura, que es, de momento, el mejor sistema conocido para el aprendizaje.
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