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domingo, 27 de noviembre de 2011

Y tú ¿quién eres?

Estoy leyendo un libro de Eduardo Punset. Hoy en día todo el mundo conoce a Eduardo Punset, gran divulgador científico que dedica gran parte de su vida a la indagación y divulgación de los últimos avances cintíficos y tecnológicos, intentando relacionarlos entre sí para lograr una integración de todos ellos con la finalidad de que sirvan para responder a las verdaderas necesidades de todo ser humano, de las cuales una las engloba a todas: la felicidad.

El libro se titula Cara a cara con la vida, la mente y el Universo, conversaciones con los grandes científicos de nuestro tiempo. Fué escrito en 2004, y la edición que estoy leyendo es de 2005, del Círculo de Lectores.

Me parece magnífica la labor de Eduardo como divulgador de estos conocimientos, además de sus otras facetas en el mundo de la política y la economía, especialidad en la que es máster por la Universidad de Londres. Se licenció también en Derecho por la Universidad de Madrid. Podéis leer su biografía en su blog.

A través de la lectura de sus libros y las veces que veo su programa de televisión Redes, me da la impresión de que busca en las conversaciones con los científicos un atisbo de cambio de postura que contemple al ser humano como algo más que células, átomos, reacciones químicas y complejos mecanismos que originan energías, pero me doy cuenta de que todavía hay reticencias a considerar al ser humano como algo mucho más trascendente, más sencillo y fácil de comprender: como una energía que utiliza la materia para expresarse y desarrollarse en un mundo material como éste.

Buscan los científicos el origen de las habilidades humanas en las etapas del desarrollo del cerebro, en si las necesidades del hombre o de las demás especies fueron las que originaron los cambios y avances, mostrando su perplejidad por las peculiaridades que se evidencian en el caso de la especie humana. Para conciliar sus inteligencias buscan causas hipotéticas que puedan encajar en los efectos que se observan, y sin embargo parece que descarten, de entrada, la explicación más sencilla.

¿Que pasará cuando se demuestre que el ser humano, y tal vez los demás seres vivos del planeta, son ante todo energía? ¿Y que, como todos sabemos ya, la energía no se destruye? ¿Somos realmente de este mundo, o fuimos trasplantados en él por algún motivo hace sesenta millones de años?

Se investigan los sueños, la psicología humana, el mundo de las emociones, se llega a la conclusión de que la conciencia transforma la materia... falta muy poco para que se dé el paso de aceptar que todo es energía, incluso nosotros, y que somos entidades energéticas en desarrollo, con potencialidades latentes sólo aceptadas en las fábulas y mitologías, pero que algunos seres humanos han experimentado a lo largo de nuestra historia. Algunas de estas potencialidades ya se estudian en laboratorios y sus conclusiones no son divulgadas en los medios masivos. Tal vez no convenga todavía, en opinión de los que tienen el poder de decidir en estas cosas.

En todo caso, esta es mi opinión, basada en lo que mi sentimiento y mi intuición ven como más razonable tras haber escuchado lo que sobre el tema dicen y han dicho los que han destacado a lo largo de la Historia de la Humanidad.

miércoles, 13 de abril de 2011

¡INDIGNAOS! Un grito al oído del ser humano

Hace unos días, durante una agradable conversación en torno a la necesidad de recuperar valores básicos, la necesidad de proponer a los jóvenes objetivos de responsabilidad social, promover en ellos la responsabilidad y el inconformismo social y económico, un buen amigo me regaló un librito titulado ¡Indignaos!, escrito por Stéphane Hessel, un luchador por la dignidad humana.

Anque nacido en Berlín en 1917, se nacionalizó francés durante la Segunda Guerra, en la que formó parte de la Resistencia francesa. Fué detenido en varias ocasiones y condenado a muerte por los nazis, aunque siempre logró escapar. Tras la guerra, fué diplomático en las Naciones Unidas donde formó parte de la Comisión encargada de redactar la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948.

Siempre ha sido una voz que ha clamado por mantener viva y fuerte la llama de la inconformidad, de la revolución, de la indignación ante las barbaridades y despropósitos que se cometen cada día, no sólo en pueblos tradicionalemente pobres y oprimidos, sino en el primer mundo donde, con la excusa de luchar contra la crisis financiera, se promueve una mayor distancia entre los muy ricos y los muy pobres.

En el libro, Hessel tiene una palabras para los jóvenes españoles:

Considero de especial relevancia que mi llamamiento a comprometerse, indignarse, resistir a aquello inaceptable, alcance a la joven generación de esa España que ha tenido tanto que afrontar y que es rica, hoy en día, en su diversidad cultural y lingüística. Le estoy muy agradecido al apoyo que ha dado a la causa palestina, que se muestra cada vez más partidaria de una resistencia no violenta. La inercia cómplice de una Unión Europea pusilánime va contra nuestros intereses a largo plazo y contra la paz a medio plazo. La España rebelde y valiente de siempre puede favorecer este impulso hacia una Europa cultural, fraternal, y no una Europa al servicio de una financiarización del mundo.

Stéphane Hessel tiene ya casi 94 años y en el librito hace un escueto resumen de sus ideas, de su motivación para la rebeldía: la indignación. El principal motivo para la revolución es la indignación. En los años cuarenta sentía indignación por el movimiento nazi. Más tarde se indignó por el totalitarismo soviético, por el deterioro del planeta, por las condiciones del pueblo palestino...

Para Hessel, la peor de las actitudes es la indiferencia, decir: "paso de todo, ya me las apaño". Finalmente, Hessel aboga por una insurrección pacífica, a la que considera como única alternativa que ofrece esperanza.

El libro cuenta también con un magnífico prólogo de José Luis Sampedro, que enriquece y complementa los motivos de indignación de Hessel.

Esta imagen la he tomado de la página de ANAÁN





domingo, 3 de octubre de 2010

Día de la Unidad Alemana

Hoy, 3 de octubre de 2010, hace veinte años que se firmó el Tratado de Unificación de las, desde el final de la segunda guerra mundial, dos Alemanias: la República Federal y la República Democrática, la primera de ellas mucho más "democrática" que la segunda, a pesar del nombre.

Al finalizar la guerra, y con la ocupación del territorio alemán por parte de las potencias aliadas (EE.UU., Francia y Reino Unido por un lado, y la U.R.S.S por otro) Alemania fué dividida en dos territorios sometidos al control de ambos bandos. En la República Federal se instauró un sistema político basado en el pluralismo ideológico, más decantado hacia el capitalismo, y en la República Democrática se instauró un sistema político de ideología comunista que pronto se convirtió, como en la URSS, en una férrea dictadura donde nadie estaba a salvo de ser vigilado y controlado con el fin de detectar el más míno indicio de disconformidad con el orden establecido: es decir, lo más antidemocrático que pueda concebirse.

Aunque Alemania queda un poco lejos de mi casa, pero no demasiado en los tiempos que corren, no lo está lo suficiente como para que lo que allí suceda no me afecte. Estos últimos meses he incursionado en el fenómeno de la posguerra europea, más concretamente en lo vivido en la República Democrática, debido a dos obras culturales que me han hecho reflexionar sobre el asunto y sobre la inhumana condición humana. En primer lugar pude ver la película "La vida de los otros", del director alemán Florian Henckel-Donnersmarck, y que recibió el Óscar a la mejor película extranjera en 2006. En ella se retrata la angustia de vivir bajo la presión de saber que, si dices o haces algo que sea mínimamente sospechoso, puedes ser interrogado hasta que admitas cualquier cosa.

Luego, he leído la última novela de Julia Navarro "Díme quién soy", en la que da un repaso, de la mano de un periodista investigador, a los acontecimientos vividos en Europa desde la guerra civil española hasta la reunificación Alemana. El libro se lee fácil y sus personajes nos llevan de forma amena hasta introducirnos, sin excesivas crueldades, a través de los horrores nazis y soviéticos, dando un repaso a los vaivenes del mundo emocional humano.

Entiendo ahora mucho mejor, gracias a la película y al libro, lo que pasó en Europa y más concretamente en Alemania, y las emociones vividas por el pueblo alemán cuando se derribó el muro el 9 de noviembre de 1989 y, casi un año más tarde, dejó de existir la RDA.


viernes, 14 de mayo de 2010

Bajo las ruedas


Estoy leyendo estos días la primera gran novela de Hermann Hesse, escritor de origen alemán pero nacionalizado en Suiza tras la primera guerra mundial.

"Bajo las ruedas" narra la historia de un niño alemán de finales del siglo XIX, que destaca en su pueblo natal por su inteligencia y facilidad en el estudio, por lo que accede a la posibilidad de proseguir sus estudios en un seminario protestante.

Hesse hace, a lo largo del relato, una crítica a los métodos educativos tendentes a formar las mentes de los niños según un patrón anticuado basado en exclusiva en la lectura y análisis de los escritores clásicos y sus obras.

Me ha llamado la atención un párrafo en el que describe la actitud de los maestros de la época frente a los chicos que eran rebeldes o que mostraban su desacuerdo ante la eliminación de su propia personalidad. Dice así:

"Nada asusta tanto a los profesores como los fenómenos que surgen en el carácter de chicos desarrollados precozmente durante los años, de por sí peligrosos, de la adolescencia./.../ Desde tiempos remotos se ha venido consolidando un profundo abismo entre el gremio de profesores y el genio. Cualquier atisbo de éste que aparezca en un colegio les resulta a los profesores de antemano odioso. Para ellos los geniales son esos chicos traviesos que les faltan al respeto, que empiezan a fumar a los catorce años, se enamoran con quince, van a las tabernas con dieciséis, leen libros prohibidos, escriben redacciones insolentes, miran de vez en cuando al profesor con sorna y acaban en el libro de clase, como febeldes y candidatos a un arresto. Un maestro de escuela prefiere unos cuantos burros en su clase a un solo chico genial. Y en el fondo tiene razón, porque su deber no es formar espíritus extravagantes, sino buenos latinistas, matemáticos y hombres de provecho. La cuestión sobre quién de los dos sufre más y peores cosas del otro, si el profesor o el alumno, cuál de los dos es más tirano y más verdugo y cuál de los dos estropea y envilece en el otro partes enteras de su alma y su vida no se puede analizar sin pensar con ira y vergüenza en la propia juventud. Pero éste no es nuestro asunto, y tenemos el consuelo de que las heridas cicatrizan en los verdaderamente geniales que se convierten en hombres y crean sus grandes obras a pesar del colegio. Más tarde, cuando ya están muertos y rodeados del agradable nimbo de la lejanía, son presentados por los maestros a las nuevas generaciones como seres magníficos y ejemplares. Así se repite, de colegio en colegio, el espectáculo de la lucha entre sistema y espíritu. Una y otra vez vemos al Estado y al sistema educativo empeñados con saña en arrancar ya de raíz los pocos espíritus profundos y valiosos que aparecen cada año. Y siempre suelen ser estos muchachos odiados por los profesores, castigados, escapados y expulsados los que enriquecen el tesoro de nuestro pueblo. Sin embargo, algunos --¿y quién sabe cuántos?-- se consumen en una rebeldía silenciosa y acaban sucumbiendo."

Lo he transcrito tal cual lo he leído en la décima edición, de 1979, que Alianza Editorial realizó dentro del formato "Libro de Bolsillo". Es evidente que las cosas no están como estaban a finales del XIX y princios del XX, pero nos sirve de punto de reflexión sobre cuál es nuestra actitud ante la rebeldía y la genialidad. Ante la inconformidad frente a lo establecido. ¿De qué forma tratamos estos casos? ¿Nos mueve el interés por ayudar a estos alumnos y alumnas cuando decidimos adoptar o aplicar medidas represivas? ¿O es más bien el miedo a aceptar nuestra incapacidad para dar una respuesta adecuada lo que nos mueve a ello?

En esa reflexión estoy.

martes, 12 de enero de 2010

Miep Gies, último testigo

Nos vamos quedando sin testigos directos de uno de los más famosos períodos horrendos de la Historia de la Humanidad.

Miep Gies, la mujer que se preocupó de que el diario de la niña Anna Frank no cayese en manos nazis y en el olvido, ha dejado de existir en esta nuestra realidad. Llegó a cumplir cien años, casi todos dedicados a dar testimonio directo de sus experiencias y vivencias durante la ocupación nazi de su Holanda natal.

El Diario de Ana Frank, que ella rescató del escondite donde estuvo la familia Frank durante dos años, es un testimonio interesante sobre las vivencias que va experimentando una niña de 14 años en un medio en el que se ve forzada a convivir con personas ajenas a su propia familia, hecho que conlleva un proceso de maduración personal más rápido y forzado que en situaciones normales de libertad.

Leí el libro cuando era adolescente y me pareció muy interesante. Sé que que hay gente interesada en que aparezca el famoso diario como un auténtico fraude, tratando de desprestigiar el diario y las vivencias en él descritos. Y hasta quieren poner en duda la autenticidad del propio Holocausto nazi. Yo creo que hay muchísimas más pruebas en favor de la autenticidad del diario, y desde luego, no cabe ninguna duda de que los nazis cometieron las inhumanas iniquidades que los supervivientes describen y muchas más que sólo los verdugos y sus víctimas supieron.

También estoy convencido de que en la actualidad siguen habiendo casos de iniquidades que pasan casi desapercibidas porque parece que no interesa destapar y publicar. Las personas somos muy susceptibles de someter la razón a las emociones, y actuar, en situaciones extremas, de una forma totalmente contraria a los fundamentos propios de la especie a la que pertenecemos. Por suerte, siempre hay personas que, en esas mismas situaciones extremas, sacan a relucir lo mejor de la especie humana.

¿Qué es lo que diferencia a unos y otros? La Educación recibida. Una educación basada en el respeto a todas las personas y a todo ser viviente del planeta, da como resultado un ser humano empático y capaz de rebelarse ante cualquier abuso y falta de respeto. Relatos como el de Ana Frank nos ayudan a comprender cuáles son los verdaderos valores de la Humanidad, y sería interesante usarlos en los comentarios de texto de las asignaturas de Literatura y Educación para la Cuidadanía.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Algunas historias de "El loco"

Hay un viejo adagio que dice que "si lo que vas a decir no es más bello que el silencio, no lo digas." Conocí este proverbio en mis años de juventud y caló en mí profundamente. No obstante, a veces se me olvida y digo algunas tonterías innecesarias.

Es por eso que, a veces, paso algún tiempo sin insertar nada en esta bitácora. Son momentos en los que estoy en proceso de digestión interna, de procesos personales de cambio, de momentos en los que se requiere de la quietud del silencio para no incurrir en errores mayores y para dejar madurar el fruto de mi Ser.

Sin embargo, no todo tiene que salir de mis labios o de mis manos. Siempre ha habido buenos pensadores, buenos filósofos y escritores que, antes que nosotros, han dicho cosas útiles y buenas que sirven de inspiración y aliento a los que miramos también hacia dentro.

En esos años de juventud, hubo un filósofo que me impactó: Gibran Khalil Gibran. Y un libro suyo lleno de pequeñas historias que hacen vibrar la parte más profunda de nuestro ser: "El Loco", del que ya inserté un par de narraciones anteriormente.

Me apetece compartir con vosotros algunas historias más.

Los dos sabios.

EN LA ANTIGUA CIUDAD de Afkar vivían dos sabios. Cada uno odiaba y despreciaba la sabiduría del otro, porque uno de ellos negaba la existencia de los dioses y el otro era creyente.

Los dos se encontraron un día en la plaza pública en medio de sus discípulos, y comenzaron a disputar y argumentar sobre la existencia o inexistencia de los dioses. Después de horas de discusión, se separaron.

Aquella noche, el incrédulo fué al templo y se postró ante el altar para implorar perdón a los dioses por sus errores pasados.

Y a la misma hora, el otro sabio, el defensor de los dioses, quemó sus libros sagrados porque había abrazado el ateísmo.


La zorra.


UNA ZORRA miró su sombra al amanecer, y dijo: "Hoy preciso un camello para almorzar."

Y pasó toda la mañana buscando camellos. Pero al medio día volvió a ver su sombra, y dijo: "Con un ratón me bastará."



El perro sabio.

CIERTO DÍA UN PERRO SABIO pasó cerca de un grupo de gatos.

Al aproximarse y ver que estaban muy entretenidos y no se habían dado cuenta de su presencia, se detuvo.

En ese momento, un gato grande y serio se levantó, miró a los demás, y dijo:

--Orad, hermanos; y cuando hayáis rezado y vuelto a rezar, y no tengáis dudas, entonces, en verdad lloverán ratas.

El perro, al oir estas palabras, se rió en su corazón y se alejó diciendo:

--¡Ah, gatos ciegos y locos! ¿Acaso no está escrito y no lo he sabido yo y mis antepasados antes de mí, que lo que llueve a fuerza de oraciones, fe y súplicas, no son ratas sino huesos?

jueves, 20 de agosto de 2009

La ecuación Dante

No me pregunten por qué se titula así esta novela. A Dante no le nombran en toda la obra. Y a mí me rayan un poco estos detalles. ¿Por qué le han puesto este título a la novela? Me imagino que será por aprovechar el tirón de la saga de "El código DaVinci".

Eso me hizo sospechar, antes de decidirme a leerla, que tal vez no era buena señal que utilizaran semejante recurso de marketing para conseguir que fuese leído por el gran público. De todas formas, comencé a leerlo.

No tiene nada que ver con la saga de las novelas de embrollos sectarios y religiosos, aunque uno de los personajes sí es un rabino estudioso de los códigos ocultos en la Torá. Es una novela, en mi opinión, muy ingeniosa, logra mezclar la ciencia más moderna, -como la física cuántica, las ondas electromagnéticas, los portales espacio-temporales,- la psicología humana y la relación entre la materia y la energía mental. Todo eso con unos personajes bien definidos y de diversa condición psicológica y moral.

Evidentemente, no gustará a todo el mundo. Pero yo lo recomiendo, sobre todo si tienen la mente predispuesta a aceptar las nuevas teorías sobre la materia, la energía y su relación con el tiempo y el espacio.

Sólo tengo un pero, o un reproche, que hacerle a la versión castellana. Me temo que es un problema de traducción o de edición (o tal vez ambos). Hay pasajes que están muy mal escritos, no se cuida mucho la sintaxis y, en ocasiones, la falta de un acento o de un artículo cambia el sentido de la frase. De todas formas, esto tal vez pase desapercibido para la mayoría de la gente. A veces pienso si no seré un poco exagerado con esto de la corrección sintáctica.

Así es que, si tenéis oportunidad de leer esta novela, no dejéis de hacerlo. No os dejará indiferentes.

domingo, 10 de mayo de 2009

El teatro de Miguel Hernández

Acabo de leer "El labrador de más aire", una de las tres obras de teatro que compuso Miguel Hernández, y que yo no había encontrado aún en mi camino.

No soy lector de mucha poesía, la verdad. Pero no dejo de reconocer el mérito que tiene escribir una obra de teatro en verso. El próximo año se conmemorará el nacimiento de este poeta del pueblo que tantas emociones reflejó en sus obras. No es el teatro su faceta más conocida, pero aún así la considero de tanto mérito como el resto de su obra.

"El labrador de más aire" es un drama en el que se mezclan sentimientos tan diferentes como el amor no correspondido y la altanería de los amos frente a sus súbditos, en un ambiente rústico y campesino de Castilla. Se lee fácil (aunque algunas parrafadas son, tal vez, demasiado largas) y debe ser una gozada poder llevarla a los escenarios.

Transcribo una parte de los diálogos entre Juan (el protagonista masculino), D. Augusto (el cacique), Isabel (su hija) y Encarnación (la prima de Juan):

ESCENA V
Dichos e Isabel


Isabel:
Padre, ¿qué sucede?

Don Augusto:
Este mozo que se engalla
y a mi voluntad no cede
su soberbia

Isabel:
¿Cómo puede?

Juan:
Como cualquiera.

Encarnación:
Juan, calla.

Isabel:
Ignora seguramente
que las tierras que labora
son tuyas, y que su frente
se ha de inclinar obediente
a tus deseos, lo ignora.

Juan:
Cuando los deseos son
de ánimo injusto y violento,
mi frente y mi corazón
no hacen nunca inclinación
de cara o de sentimiento.

Don Augusto:
Yo te cortaré esas alas
de arrogancia que has criado,
por las buenas o las malas,
y acabaré con tus galas,
mozo de surco y arado.

Juan:
Por las buenas tal vez sí.

Don Augusto:
¡Y también por las peores!
Escuchadme, labradores,
a lo que he venido aquí…

jueves, 23 de abril de 2009

El día del libro

Resulta lógico, verdad, hacer referencia en una bitácora sobre Educación del Día internacional del Libro.

Para los que solemos leer todos los días un rato, aunque sólo sea media hora, es una conmemoración innecesaria, o al menos así lo veo yo. Pero es que no me doy cuenta de que no todo el mundo lee ni siquera esa media hora. No pasa nada, desde luego. El que no lee no es más tonto ni menos persona. Pero es indudable que el que lee suficientemente y sobre temas variados, sí que tiene más puntos de referencia para interpretar el mundo en que vivimos.

Y se trata de fomentar esa afición por la lectura en las nuevas generaciones, nacidas en la moda de la prisa, de los resultados instantáneos. Se constata que el libro no va a morir por culpa de los nuevos inventos. Las ventajas de los libros son tantas que lo hacen imbatible.

A un libro nunca se le acaba la pila, ni queda fuera de cobertura. Nunca pierde la señal cuando hay tormenta, ni sufre las interferencias de las industrias vecinas. No tiene cortes publicitarios, y puedes prestarlo sin que te persigan por ello. Puedes usarlo en el autobús, en el avión, en el tren... No es afectado por los virus, ni corre el riesgo de que se borren sus archivos.

Los hay de bolsillo, de edición de lujo, con fotos o sin ellas. De tapa dura o flexible. Siempre se pueden utilizar sin que quede obsoleto el soporte en el que están impresos, caben en cualquier sitio y no tienen cables.

Y son, en muchas ocasiones, el mejor compañero y maestro de la vida. Sobre todo en los primeros años de juventud. Luego, en la madurez, son amigos incondicionales.

Vamos, que todo son ventajas.

domingo, 15 de febrero de 2009

El fuego

Acabo de terminar de leer "El fuego", de Katherine Neville, autora de "El ocho", una novela que me gustó mucho, cuya trama gira alrededor de un antiguo y misterioso tablero de ajedrez y sus piezas, que fueron creados por orden de un antiguo sultán del siglo VIII, y que Carlomagno recibió como regalo. En torno a ese juego de ajedrez gira una leyenda que señala que el juego encierra la clave para liberar gran poder a quien logre descifrarla.

En "el fuego", la trama continúa ya que es la continuación de lo que aconteció en "el ocho".

En esta ocasión, Alexandra Solarin se enfrenta a un resurgir del juego diez años después de la muerte de su padre, asesinado durante un torneo de ajedrez en el que ella, con tan sólo doce años, podía convertirse en la campeona mudial y Gran Maestra más joven de la historia. Desde aquél día no ha vuelto a tocar una sola pieza del juego que lo era todo en su vida. Ahora es el destino quien la obliga a tomar protagonismo en la nueva partida que acaba de comenzar.

A mí me ha parecido una novela interesante, aunque enrevesada dados los contínuos saltos al pasado para ir explicando la relación que, con el juego, han tenido diferentes personajes de la Historia humana, tales como Lord Byron, Maurice de Talleyrand y otros. Diferentes culturas se mezclan en este relato: la vasca, la de los indios americanos, los sufís musulmanes, los indígenas de las tierras de la península de Kamtchatka en Siberia, etc...

En resumen, es la eterna lucha entre dos formas de ver la vida y el poder: para satisfacción de uno mismo o para el avance y bienestar de la Humanidad.

Libro de lectura fácil, muy bien documentado y con algunos momentos apasionantes. Aunque basado en el juego del ajedrez, no es necesario ser ajedrecista para disfrutarlo.

sábado, 31 de enero de 2009

Bhagavad Guita


Cada cultura, cada civilización, tiene sus mito, sus creencias, las bases de su forma de ser y sentir recogidas en textos que consideran sagrados.

En el mundo occidental, el más conocido el la Biblia, cuyo capítulo mas famoso es el Génesis. Luego se le añadió una segunda parte, que no tiene nada que ver con el conjunto, pero ahí está: el Nuevo Testamento, cuyos capítulo o Evangelios no han llegado demasiado puros e íntegros a nosotros. A su alrededor siguen orbitando los llamados "Apócrifos", evangelios no autorizados por la "SGAE" eclesiástica, siendo los más famosos los manuscritos del Mar Muerto o rollos de Qumrán.

Tan famoso como la Biblia es el Corán, que detalla las enseñanzas de Mahoma, el profeta de Alá, dios de los musulmanes. Confieso que es mi asignatura pendiente. No lo he leído y no quiero referirme a él sin haberlo hecho antes. La Torá de los judíos es uno de los libros del Antiguo Testamento, o Biblia, llamado Pentateuco. Todo esto, claro dicho a grandes rasgos y muy por encima y de lejos.

Mi intención al referirme a ellos es hacer una analogía entre estos libros, tan conocidos en Occidente, con el que titula esta entrada: el Bhagavad Gita (o Guita, indistintamente.) Este libro es un capítulo del famoso y antiquísimo (más que la Biblia, sin ninguna duda) Mahabarata, o gran guerra, libro sagrado de la India que relata en clave mistérica y misteriosa la gran guerra acaecida en la noche de los tiempos, en épocas de otra civilización anterior a la nuestra y, tal vez, más avanzada tecnológicamente que la nuestra.

El Bhagavad Guita (el canto del Señor o el Mensaje del Maestro), es un libro que narra las conversación que mantiene Arjuna, príncipe de los Pandavas, con Krishna (la humana encarnación del Supremo Espíritu.) Goza de mucha estima entre los hiduistas, y se le cita constantemente como prestigiosa autoridad en lo referente a doctrina. Su filosofía contiene las primordiales doctrinas hinduistas, tal como las exponen los brahmanes, y sus enseñanzas runen en armoniosa síntesis los diversos puntos doctrinales de los sistemas de Patanjali, Kapila y los Vedas.

A mí me impresionó mucho cuando lo leí por que venía a confirmar mi certeza de que, en el fondo, lo que vino a decir Jesús y otros avatares como Buda y demás profetas es prácticamente lo mismo. Es muy bello, un poema en prosa, y dentro de su belleza expresa los conceptos de la realidad de la vida y la muerte con total crudeza.

Recomiendo su lectura a todos los que buscan encontrar un sentido a esta vida material. Os dejo un capítulo, el XII, titulado "Yoga devocional".

ARJUNA.- Dime ¡oh, Señor!, ¿quiénes de los que Te sirven lo hacen con mayor fervor?
¿Quiénes están en el mejor sendero, los que te adoran como Dios en tu manifestado aspecto o los que Te adoran como el Absoluto, el Inmaculado e Infinito?
¿Quiénes son más doctos en el yoga?

KRISHNA.- Quienes con la vista puesta en Mí, me adoran como a Dios y me sirven con ardiente celo e inquebrantable fe, son para Mí los más devotos.

Pero también aquellos que me adoran como el Absoluto, Inmanifestado, Omnipotente, Omnipresente, Omnisciente, Incognoscible, Inconcebible, Inefable, Invisible, Eterno e Inmutable, y que gobiernan los sentidos y miran por igual a todas las cosas como cooperando a la felicidad de todos los seres, también llegan a Mí.

El sendero de los que Me adoran como el absoluto inmanifestado es mucho más áspero que el de los que Me adoran como Dios manifestado, porque es difícil para la finita mente del hombre concebir el Absoluto.

Lo visible no puede casi concebir lo invisible, así como el que posee cualidades no puede conocer AQUELLO que las trasciende.

También te digo, Arjuna, que a quienes ven en Mí al Actor de toda acción, y con sinceridad me adoran sin temor de castigo ni esperanza de premio, los libero de la cadena de renacimientos.
Deja que tu discernimiento penetre en Mí, y cuando abandones esta vida morarás en Mí.

Pero, si no eres capaz de fijar firmemente tu pensamiento en Mí, procura entonces llegar a Mí por el disciplinamiento y perseverante esfuerzo de la devoción.

Y si tampoco eres capaz de perseverante devoción, ven a Mí por el sendero del servicio y de las buenas obras.

Y si aun esta tarea es superior a tus fuerzas, sigue el sendero de la renunciación, y poniendo todas tu esperanza en Mí, renuncia al fruto de la acción.

En verdad, mejores son la sabiduría y el conocimento que la acción constante.

La meditación es mejor que el conocimiento.

La renunciación aventaja a la meditación, porque la renuncia a los frutos de la obras reparte paz y contento. En verdad te digo que Mi bienamado es quien no odia a ser alguno ni aborrece cosa alguna; que ama a la Naturaleza; que es misericordioso y compasivo; libre de orgullo, vanidad y egoísmo; imperturbable en el placer y el dolor; indulgente, siempre gozoso, con la mente fija en Mí.

Es Mi bienamado quien no teme al mundo de los hombres y está libre de cólera, de impaciencia, y no experimenta placer especto de las cosas finitas y perecederas.

Es Mi bienamado el que nada desea y el que, libre de ansiedad, puro, imparcial y ecuánime, renuncia a toda recompensa.

Es Mi bienamado el que no ama ni aborrece y se mantiene inalterable ante el amigo y el enemigo, en la fama y la ignominia, en la dicha y el infortunio.

Es mi bienamado quien, satisfecho de cuanto le sucede, sin hogar fijo en el mundo, pero teniéndome por morada en todas partes, recibe por igual la alabanza y el vituperio, y mantiene su pensamiento en Mí.

Pero son mis predilectos quienes están empapados del divino néctar de las enseñanzas que te he dado, ¡oh, Arjuna!, y las reciben con fe y devoción.

Así concluye la parte duodécima del Bhagavad Guita, titulada: Yoga Devocional

sábado, 17 de enero de 2009

El niño con el pijama de rayas

Es un pequeño libro con menos de 200 páginas (194 para ser exactos) que se lee de una sentada sin dificultad. No obstante yo lo leí en una semana. Preferí saborearlo cuando me dí cuenta de que me iba a durar un suspiro.

Y es que da rabia que sea verdad aquello de "lo bueno, si breve, dos veces bueno".

Este libro, de John Boyne, es bueno. A mí me lo parece. Y no porque diga cosas nuevas o porque narre sucesos con un estilo exquisito. Me ha gustado porque cuenta lo que todos sabemos (el horror del exterminio de gente realizado por los nazis)desde el punto de vista y desde la inocencia de un niño de nueve años que no comprende las diferencias que los adultos atribuyen a las personas en base a su raza, sexo, religión o condición social.

No es un libro sangriento ni relatado con crueldad. Es un relato entrañable, emotivo, sencillo y sincero.

Me lleva a hacerme esta pregunta: ¿Cómo me comportaría yo en circunstancias extremas, tanto como verdugo cuanto como víctima?

Bien venida vuestra opinión, si lo habéis leído. A los que no, os lo recomiendo.

domingo, 11 de enero de 2009

El valor de educar

Hace ya 10 años que la entonces concejala de Educación de Ibi, Maite Cabrera, regaló a los miembros del Consejo Escolar Municipal el libro de Fernando Savater "El valor de educar".
Durante estos días de vacaciones navideñas lo he vuelto a leer para refrescar y comprender mejor todo lo que en él explica el filósofo sobre el hecho educativo. No tiene desperdicio ninguno de los capítulos del libro.

He aquí algunas de las reflexiones que quiero destacar:

De el prólogo:" Quien no quiera mojarse, debe dejar la natación; quien sienta repugnancia hacia el optimismo, que deje la enseñanza y que no pretenda pensar en qué consiste la educación. Porque educar es creer en la perfectibilidad humana, en la capacidad innata de aprender y en el deseo de saber que la anima, en que hay cosas (símbolos, técnicas, valores, memorias, hechos...) que pueden ser sabidos y que merecen serlo, en que los hombres podemos mejorarnos unos a otros por medio del conocimiento./.../ Con verdadero pesismismo puede escribirse contra la educación, pero el optimismo es imprescindible para estudiarla... y para ejercerla. Los pesimistas pueden ser buenos domadores pero no buenos maestros."
Termina el prólogo añadiendo que el título del libro hace referencia a que la educación es valiosa y también a que es preciso tener mucho valor para ponerse a educar. "Cobardes y recelosos, abstenerse".

En los diferentes capítulos: "Hasta tal punto es así que el primer objetivo de la educación consiste en hacernos conscientes de la realidad de nuestros semejantes./.../ Lo cual implica considerarles sujetos y no meros objetos; protagonistas de su vida y no meros comparsas vacíos de la nuestra./.../ La realidad de nuestros semejantes implica que todos protagonizamos el mismo cuento: ellos cuentan para nosotros, nos cuentan cosas y con su escucha hacen significativo el cuento que nosotros también vamos contando... Nadie es sujeto en la soledad y el aislamiento, sino que siempre se es sujeto entre sujetos: el sentido de la vida humana no es un monólogo sino que proviene del intercambio de sentidos, de la polifonía coral. Antes que nada, la educación es la revelación de los demás, de la condición humana como un concierto de complicidades irremediables."

"Se trata, como suele decirse, de una crisis de autoridad en las familias./.../ En su esencia, la autoridad no consiste en mandar : etimológicamente, la palabra proviene de un verbo latino que significa algo así como "ayudar a crecer". La autoridad en la familia debería servir para ayudar a crecer a los miembros más jóvenes, configurando del modo más afectuoso posible lo que en jerga psicoanalítica llamaremos su "principio de realidad". Este principio, como es sabido, implica la capacidad de restringir las propias apetencias en vista de las de los demás, y aplazar o templar la satisfacción de algunos placeres inmediatos en vistas al cumplimiento de objetivos recomendables a largo plazo. Es natural que los niños carezcan de la experiencia vital imprescindible para comprender la sensatez racional de este planteamiento y por eso hay que enseñárselo."

"El profesor no sólo, ni quizá principalmente, enseña con sus meros conocimientos científicos, sino con el arte persuasivo de su ascendiente sobre quienes le atienden: debe ser capaz de seducir sin hipnotizar. ¡Cuántas veces la vocación del alumno se despierta más por adhesión a un maestro preferido que a la materia misma que éste imparte!"

"Fomentar la lectura y la escritura es una tarea de la educación humanista que resulta más fácil de elogiar que de llevar eficazmente a la práctica. En esta ocasión, como en otras, el exceso de celo puede ser contraproducente y se logra a veces hacer aborrecer la lectura convirtiéndola en obligación, en lugar de contagiarla como un placer."

Éstas son sólo algunas frases con las que pretendo motivaros para que leáis el libro, si es que tenéis alguna inquietud sobre el hecho educativo, si es que sois o váis a ser padres o maestros.

¡Que os aproveche!

domingo, 7 de diciembre de 2008

Dos velas para el Diablo


Hacía tiempo que no leía algo de Laura Gallego. Lo último fué la trilogía de "Memorias de Idhún".

Laura Gallego es una escritora para jóvenes. Es joven y escribe para jóvenes. Tal vez por eso no sea considerada como una autora "madura" o "seria", desde el punto de vista de los críticos o de los ránkings de autores de calidad. O tal vez sí y yo no me he enterado. El caso es que merece estarlo.

No obstante, tengo que deciros que, si os gusta leer novelas que tengan contenido educativo, leáis e invitéis a leer a vuestros hijos, sobrino o nietos alguno de los libros de Laura Gallego. Cuando digo "educativo" no lo digo en sentido didáctico, no. No enseña ninguna de las asignaturas del currículo de Primaria o Secundaria. Lo que enseña es a pensar, a sentir, a identificar sentimientos, a valorar las leyendas, a aprender de la historia, a reconocer el valor de la amistad, del honor, de la sinceridad y del valor para afrontar retos y sufrimientos. Todo eso que necesitan los jóvenes y que muchos adultos hemos olvidado. Por eso me gusta tanto lo que escribe Laura, porque revive en mí el vigor de la juventud.

Y como es tan fresco su estilo, tan familiar, tan ameno, como inventa unas historias tan creíbles, con unos personajes tan bien formados en su estructura emocional, resulta que acabas el libro en un plis-plás. Te quedas satisfecho, aunque deseas que haya más. Esa sensación de que aún quieres más.


Y eso me está pasando con su libro "Dos velas para el Diablo". Una historia que va de ángeles y demonios montada con una estructura genial y en primera persona. Mi hija Elena se quedó impresionada porque no había leído nunca una novela contada en primera persona y en tiempo real. Cuenta las cosas conforme van sucediendo.

Yo no os voy a comentar nada de la trama del libro, porque es tan sorprendente que le quitaría el encanto de ir descubriéndolo uno mismo. Sí que os puedo decir que la teoría que en él se contempla del origen de la especie humana es muy curiosa y genial. Y lo que se trasluce de la importancia del reconocimiento de la necesidad de que existan la Luz y la Oscuridad para el equilibrio del Mundo.

Mucho se habla de que los jóvenes de hoy día adolecen de falta de comprensión lectora. Eso se compensa leyendo. Éste en un buen libro para que los jóvenes aprecien lo divertido y estimulante que es leer. Y para que los adultos disfrutemos con novelas frescas y juveniles.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Pedagogía sí, pedagogía no


No, no estoy deshojando una margarita para ver con qué me quedo. Aunque cuando uno se acerca a escuchar o leer las defensas que se hacen a favor y en contra de la pedagogía, necesita tener bien afilado el bisturí del discernimiento para poder distinguir lo supérfluo de lo esencial.

Todo ha comenzado porque una amiga me comentó si había leído el Panfleto Antipedagógico, un libro que circula libremente por Internet y que fué publicado por la editorial leqtor hace un par de años. El Panfleto hace una exposición detallada del problema educativo, achacando a la LOGSE el origen de todos los males que ahora padecemos. En algunas cosas tiene razón y en otras no.

La pedagogía no es aún una ciencia, pero aspira a serlo en la medida que trata de estudiar las diferentes formas de educar. Para ello se apoya en otras ciencias como son la sociología, la filosofía, la antropología, la psicología, etc.

Tal vez, huyendo de los métodos represivos del modelo adoctrinador de la dictadura, hayamos caído en el lado opuesto de la falta de un rigor mínimo en las normas sociales y en el concepto de autoridad que debe presidir toda relación padres-hijos o alumnos-profesor.

Si de algo me alegro de haber leído el Panfleto es porque me ha servido para meditar un poco sobre lo que dice y sobre lo que calla.

Otros han comentado ya, y seguro que con mayor fundamento, los pros y los contras. Lo cierto es que este Panfleto no deja indiferente a nadie.

lunes, 8 de septiembre de 2008

El Loco


Cuando era un joven adolescente y estaba lleno de inquietudes y preguntas que nadie llegaba a satisfacer, comencé a buscar en los libros, en las reflexiones de pensadores y filósofos de otras culturas, las respuestas a las preguntas que los de la mía no acertaban más que avivarlas con sus "incongruencias".

Hoy he recordado a uno de esos filósofos que aportaron un grado de reflexión a mi inquieto espíritu y al de mucha gente de mi generación: Gibran Khalil Gibran.

Este sencillo y profundo pensador y filósofo libanés nació en Bicharre, en las montañas de el Líbano, el 6 de Diciembre de 1833. En 1894 emigra a EE.UU., a Boston. Regresa a su patria en 1898 y se queda completando sus estudios árabes en el Colegio de la Sabiduría de Beirut.

Regresa a Boston en 1902 y gana una beca para estudiar pintura en París, de donde regresa a Estados Unidos en 1910. Acaba su existencia terrenal en Nueva York el 10 de Abril de 1931 con 47 años de experiencias y reflexiones que quedarían reflejadas en sus obras más conocidas: "El Loco" (1918); "El Precursor" (1920); "El Profeta" (1923); "Arena y Espuma" (1927); "Jesús, Hijo del Hombre" (1928); "Los Dioses de la Tierra" (1931).

En aquéllos días de de juventud, en los que mi ánimo se inflamaba antes las injusticias y hervía de grandes ideales, fue providencial encontrar a este filósofo que contribuyó, con su estilo misterioso y enigmático, educar mi intelecto en el arte de leer entre líneas y reflexionar ente las grandes y escasas Verdades de la Vida.

Voy a compartir con vosotros alguno de los Cuentos incluidos en el libro "El Loco"

Me preguntas cómo...

Me preguntas cómo me volví loco. Ocurrió así:


Un día, mucho antes de que nacieran los dioses, desperté de un profundo sueño y descubrí que se habían robado todas mis máscaras, las siete máscaras que había modelado y usado en siete vidas.

Huí sin máscara por las atestadas calles gritando: "¡Ladrones! ¡Ladrones! ¡Malditos ladrones!"

Hombres y mujeres se reían de mí, y algunos corrieron a sus casas temerosos de mí.

Y cuando llegué a la plaza del mercado, un muchacho de pie sobre el techo de una casa, gritó: "¡Es un loco"!

Alcé la vista para mirarlo y por primera vez el sol besó mi rostro desnudo. Por primera vez el sol besó mi rostro desnudo, y mi alma se inflamó de amor por el sol y ya no deseé más mis máscaras. Como en éxtasis grité: "¡Benditos, benditos sean los ladrones que me han robado mis máscaras!"

Así fue cómo me volví loco.

Y he hallado libertad y salvación en mi locura; la libertad de estar solo y a savo de ser comprendido, porque aquellos que nos comprenden esclavizan algo nuestro.


Dios

En tiempos muy antiguos, cuando el primer estremecimiento del lenguaje llegó a mis labios, ascendí a la montaña sagrada y hablé a Dios, diciendo: "Señor, yo soy tu esclavo. Tu voluntad es mi ley y te obedeceré eternamente".


Pero Dios no respondió, y se alejó como si fuera una poderosa tempestad.

Y después de mil años ascendí a la montaña sagrada y, de nuevo, hablé con Dios, diciendo: "Creador, yo soy tu creación. Del barro me formaste y a ti debo cuanto soy".

Y Dios no respondió, y se alejó como un millar de alas veloces.

Y después de mil años trepé a la montaña sagrada y hablé con Dios otra vez, diciendo: "Padre, yo soy tu hijo. Con compasión y amor me diste nacimiento, y mediante mi amor y devoción heredaré tu reino".

Y Dios no respondió, y se esfumó como la niebla que cubre las montañas lejanas.

Y después de mil años trepé a la montaña sagrada y, de nuevo, hablé con Dios, diciendo: "Mi Dios, mi objetivo y mi realización; yo soy tu ayer y tú eres mi mañana. Soy tu raíz en la tierra y tú eres mi flor en el cielo, juntos crecemos ante la faz del sol".

Entonces Dios se inclinó ante mí, y murmuró en mis oídos palabras de dulzura; y así como el mar acoge al arroyuelo que corre a su encuentro, así él me acogió.

Y cuando bajé a los valles y planicies allí también estaba Dios.

jueves, 21 de agosto de 2008

La Muerte como hija del Tiempo


La Ciencia se muestra cada día más audaz. Va perdiendo el miedo a imaginar y a considerar como posible todo aquello que puede ser concebido por la mente humana.

Acabo de leer "A través del Tiempo", de Brian Weiss, médico psicoterapeuta que alcanzó fama tras publicar su libro "Muchas vidas, muchos Maestros" en la que relata cómo tropezó, sin siquiera imaginarlo, con el mundo de las regresiones a vidas pasadas cuando una de sus pacientes retrocedió en sus recuerdos más atrás de su nacimiento, a una vida anterior.

La idea de la reencarnación no es nueva, ni muchísimo menos. Es un concepto que ha acompañado al ser humano desde siempre y que, sólo en momentos de oscuridad ideológica o fundamentalismos religiosos, ha sido abolida y erradicada de la cultura social. Sobre todo en el mundo Occidental.

El doctor Weiss ha llegado al convencimiento, a través del testimonio de sus muchos pacientes y de otros médicos en su misma situación, de que el ser humano es una entidad inmortal que cambia de soporte vital periódicamente conforme agota las oportunidades de crecimiento emocional, intelectual y espiritual.

Y muchos de los problemas, tanto físicos como psicológicos, que sufrimos son producto y resultado de experiencias dolorosas o traumáticas vividas en anteriores oportunidades. Así como las afinidades, simpatías o antipatías espontáneas entre las personas reflejan relaciones previas en anteriores encarnaciones.

Creer o no en estas cuestiones es fruto de una cultura, de una educación, recibida desde la infancia y que nos hace ver como lógica o como aberración cualquier idea.

Desde el punto de vista científico, cada día se hacen descubrimientos en el campo de la física cuántica y el de las matemáticas que demuestran que los conceptos del tiempo y el espacio no son, en realidad, como nosotros los percibimos. Que tanto el tiempo como el espacio son conceptos relativos cuyas propiedades varían en relación con otras fuerzas o variables, como la masa o la velocidad, que llegan a poner en entredicho la propia existencia del tiempo y el espacio.

Para los seres humanos, cuya inmersión en el materialismo exclusivo nos impide ver más allá de nuestros cinco sentidos, el tiempo se detiene cuando damos el último suspiro. Pero eso sólo ocurre cuando la Humanidad olvida sus orígenes, el principio energético del que procedemos y que hemos dado al olvido en los últimos 2000 años.

Platón, en el Mito de Er de su obra "La República", relata la historia de un soldado tras tener una experiencia de "cuasi-muerte".

Otros autores, como Elisabeth Kübler-Ross o Raimond J Moody, han escrito mucho sobre el tema, basándose en la propia experiencia en el trato con moribundos y gente con enfermedades terminales.

Para los que han vivido esas experiencias, su forma de afrontar la vida sufre un cambio radical, pasando a un primer plano en sus prioridades conceptos antes olvidados o menospreciados como el amor, la amistad, la alegría, la generosidad y el servicio a los demás.

A los que no estén conformes con este mundo materializado, les recomiendo investigar en estos campos, advirtiéndoles que, como en todas las actividades humanas, hay mucha paja entre el grano.

jueves, 31 de julio de 2008

Marina


Hace ya un par de años que leí "La sombra del viento", de Carlos Ruiz Zafón, libro que considero una obra maestra de la narrativa y de la novela actual.

Así es que, en cuanto terminé de leer "Inés del alma mía", me dediqué de lleno a disfrutar de otra obra de Ruiz Zafón, anterior a "La Sombra...", y que mi hija compró en su versión en catalán para practicar el vocabulario.

Debo reconocer la dificultad que entraña leerlo en una esta lengua, dado que muchas de las palabras que se usan no son conocidas ya en nuestro valenciano coloquial. Y, desgraciadamente, aún estoy muy lejos de considerarme un lector habitual en valenciano ni, mucho menos, en catalán. Que conste que considero al catalán y al valenciano la misma lengua desde el punto de vista gramatical, aunque reconozco diferencias en su fonética y en algunos modismos. Es algo parecido a lo que ocurre con el castellano y el, digamos, argentino. Gramaticalmente son la misma lengua y son evidentes sus diferencias.


Pues bien, volviendo al libro, "Marina" me ha parecido una novela preludio de la "Sombra del viento" en cuanto a su estilo, a su temática de misterio con pinceladas de romance juvenil y a su localización en Barcelona, de la que hace una descripción tan realista que casi se aprecian los colores y los aromas que de ella describe.

Carlos Ruiz Zafón es un escritor que domina perfectamente el arte narrativo y hace alarde de gran habilidad para urdir tramas y misterios que mantienen en vilo al lector hasta la última página. El horror, el miedo, la aventura y el amor se combinan para ser saboreados sin temor al empacho.

Os lo recomiendo.

miércoles, 23 de julio de 2008

Inés del alma mía


Acabo de leer este libro de Isabel Allende en el que aprovecha la historia de Inés Suárez, una extremeña que llegó a conquistar Chile junto a Pedro de Valdivia, al que conoció en Perú cuando buscaba a su marido, Juan de Málaga, para narrar la conquista de Chile, país de pasión de Isabel Allende, y reivindicar el papel de las mujeres en la Historia. Papel que casi siempre se ha visto ensombrecido por la cultura machista que dificulta en extremo que las mujeres puedan desempeñar papeles de relevancia histórica, aunque no puede evitar que, en la práctica sean ellas las que, muchísimas veces, mueven los hilos de los protagonistas.

Si algo caracteriza a Isabel Allende es su narrativa íntima, familiar, con la que te identificas rápido porque te integra en su círculo de intimidad y conecta rápido con tus sentimientos y con sus emociones.


En casa hemos leído mucho a Isabel, de quien mi mujer es fan declarada, y ya casi la consideramos como de la familia. Y en este libro comprobamos que la autora sigue en su línea de reivindicar el mundo interior femenino incluso en las circunstancias y momentos en los que la brutalidad y la crueldad son la nota dominante, como era el caso de la invasión española de América del Sur.

La gente de mi generación fuimos educados en la idea de que la conquista de América fue un episodio glorioso durante el que hicimos un favor a los indígenas, salvajes incultos y sumidos en la miseria, dándoles nuestra cultura y nuestra religión. Luego nos hemos ido enterando de las crueldades y barbaridades que cometían los "gloriosos conquistadores", a los que lo único que les motivaba era usurpar las riquezas que pudiesen encontrar allí. Así es nuestra naturaleza. La naturaleza humana.

Sólo la educación y la cultura, basada en los fundamentos democráticos y en los Derechos Humanos, pueden cambiar esa naturaleza. La música y las artes también pueden ayudar. Potenciar la parte femenina de la humanidad, el sentido y la sensibilidad, será fundamental.

sábado, 5 de julio de 2008

Ocasión para leer


No podemos terminar el curso ni el período laboral sin diseñar un buen plan de lectura. No estaría bien comenzar las vacaciones, aunque sólo sean de una semana, sin escoger unos cuantos libros que nos ayuden restablecer el equilibrio mental y psicológico en el que nos pudo haber sumido nuestro quehacer diario a lo largo de tantos meses.

Bueno, no es cierto. Sí podemos, pero no debemos. Para mucha gente leer es una actividad tediosa y aburrida. Perder el tiempo. Les comprendo y me apena que sea así. En realidad, lo que pasa es que no dieron con el libro adecuado.

A pesar de que los adultos pensemos o sintamos que lo de la lectura no va con nosotros, es nuestra responsabilidad dar oportunidad a nuestros hijos, sobrinos o nietos de que sean ellos mismos quienes tomen esa decisión después de tener un acercamiento lúdico a la lectura. Y digo lúdico porque la mayoría de ellos se acercan a los libros de una manera forzada y prematura.

Con la sana y loable intención de fomentar la lectura, muchas veces en los Colegios e Institutos obligan, sin motivar de forma adecuada, la lectura de libros que, probablemente, no tengan gran interés para los jóvenes lectores. No obstante, gracias a esa labor docente, cada año aumenta el número de lectores infantiles y juveniles. De forma paradójica, aumentan también los estudiantes con deficiente comprensión lectora, lo que me lleva a pensar que algo falla en toda esta ecuación.

Leer es una aventura apasionante que puede llegar a convertirse en adicción. Tal es su poder de enganche. Para la lectura también es menester ser y estar bien educado. No todo vale, no todo es bueno ni conveniente. No todos los libros están bien escritos, ni bien orientados. Esa educación se recibe también en casa, si los padres son buenos lectores, y, principalmente, en los Colegios e Institutos donde hay buenos profesionales cuya labor es ésa: enseñar al que no sabe.

Voy a aportar mi opinión y experiencia lectora para recomendaros unos pocos libros, tanto para adultos como para niños y jóvenes, con la esperanza de que os sirva de ayuda y estímulo. Y a la vez espero y deseo que vosotros también aportéis vuestra experiencia insertando en los "COMENTARIOS" aquellos libros que os han gustado o los que no os han gustado nada, con un pequeño comentario de POR QUÉ ha sido así. Y vuestra experiencia en animación a la lectura con vuestros hijos e hijas. Os lo agradeceremos todos y saldremos muy enriquecidos si compartimos esas experiencias.

Esta es mi lista:



Infantiles:




  • Cuentos cortos para ir a la cama, de Fernando Lalana

  • Regreso al Reino de la Fantasía, de Gerónimo Stilton

  • Kilka Superbruja, de Knister


Juveniles:




  • Harry Potter, de J. K. Rowling

  • La Ciudad de las Bestias, de Isabel Allende

  • Finis Mundi, de Laura Gallego

  • Memorias de Idhún, de Laura Gallego

  • El niño con el pijama de rayas, de John Boyne


Adultos:




  • La Catedral del mar, de Ildefonso Falcones

  • La Biblia de barro, de Julia Navarro

  • La Casa de los Espíritus, de Isabel Allende

  • los Pilares de la Tierra, de Ken Follet

  • La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón


Bueno, para empezar ya vale. Espero que os gusten y que comentéis vuestras preferencias.

La imagen del niño leyendo la he tomado del blog de Gabriela Monzón