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domingo, 27 de noviembre de 2011

Y tú ¿quién eres?

Estoy leyendo un libro de Eduardo Punset. Hoy en día todo el mundo conoce a Eduardo Punset, gran divulgador científico que dedica gran parte de su vida a la indagación y divulgación de los últimos avances cintíficos y tecnológicos, intentando relacionarlos entre sí para lograr una integración de todos ellos con la finalidad de que sirvan para responder a las verdaderas necesidades de todo ser humano, de las cuales una las engloba a todas: la felicidad.

El libro se titula Cara a cara con la vida, la mente y el Universo, conversaciones con los grandes científicos de nuestro tiempo. Fué escrito en 2004, y la edición que estoy leyendo es de 2005, del Círculo de Lectores.

Me parece magnífica la labor de Eduardo como divulgador de estos conocimientos, además de sus otras facetas en el mundo de la política y la economía, especialidad en la que es máster por la Universidad de Londres. Se licenció también en Derecho por la Universidad de Madrid. Podéis leer su biografía en su blog.

A través de la lectura de sus libros y las veces que veo su programa de televisión Redes, me da la impresión de que busca en las conversaciones con los científicos un atisbo de cambio de postura que contemple al ser humano como algo más que células, átomos, reacciones químicas y complejos mecanismos que originan energías, pero me doy cuenta de que todavía hay reticencias a considerar al ser humano como algo mucho más trascendente, más sencillo y fácil de comprender: como una energía que utiliza la materia para expresarse y desarrollarse en un mundo material como éste.

Buscan los científicos el origen de las habilidades humanas en las etapas del desarrollo del cerebro, en si las necesidades del hombre o de las demás especies fueron las que originaron los cambios y avances, mostrando su perplejidad por las peculiaridades que se evidencian en el caso de la especie humana. Para conciliar sus inteligencias buscan causas hipotéticas que puedan encajar en los efectos que se observan, y sin embargo parece que descarten, de entrada, la explicación más sencilla.

¿Que pasará cuando se demuestre que el ser humano, y tal vez los demás seres vivos del planeta, son ante todo energía? ¿Y que, como todos sabemos ya, la energía no se destruye? ¿Somos realmente de este mundo, o fuimos trasplantados en él por algún motivo hace sesenta millones de años?

Se investigan los sueños, la psicología humana, el mundo de las emociones, se llega a la conclusión de que la conciencia transforma la materia... falta muy poco para que se dé el paso de aceptar que todo es energía, incluso nosotros, y que somos entidades energéticas en desarrollo, con potencialidades latentes sólo aceptadas en las fábulas y mitologías, pero que algunos seres humanos han experimentado a lo largo de nuestra historia. Algunas de estas potencialidades ya se estudian en laboratorios y sus conclusiones no son divulgadas en los medios masivos. Tal vez no convenga todavía, en opinión de los que tienen el poder de decidir en estas cosas.

En todo caso, esta es mi opinión, basada en lo que mi sentimiento y mi intuición ven como más razonable tras haber escuchado lo que sobre el tema dicen y han dicho los que han destacado a lo largo de la Historia de la Humanidad.

domingo, 3 de octubre de 2010

Día de la Unidad Alemana

Hoy, 3 de octubre de 2010, hace veinte años que se firmó el Tratado de Unificación de las, desde el final de la segunda guerra mundial, dos Alemanias: la República Federal y la República Democrática, la primera de ellas mucho más "democrática" que la segunda, a pesar del nombre.

Al finalizar la guerra, y con la ocupación del territorio alemán por parte de las potencias aliadas (EE.UU., Francia y Reino Unido por un lado, y la U.R.S.S por otro) Alemania fué dividida en dos territorios sometidos al control de ambos bandos. En la República Federal se instauró un sistema político basado en el pluralismo ideológico, más decantado hacia el capitalismo, y en la República Democrática se instauró un sistema político de ideología comunista que pronto se convirtió, como en la URSS, en una férrea dictadura donde nadie estaba a salvo de ser vigilado y controlado con el fin de detectar el más míno indicio de disconformidad con el orden establecido: es decir, lo más antidemocrático que pueda concebirse.

Aunque Alemania queda un poco lejos de mi casa, pero no demasiado en los tiempos que corren, no lo está lo suficiente como para que lo que allí suceda no me afecte. Estos últimos meses he incursionado en el fenómeno de la posguerra europea, más concretamente en lo vivido en la República Democrática, debido a dos obras culturales que me han hecho reflexionar sobre el asunto y sobre la inhumana condición humana. En primer lugar pude ver la película "La vida de los otros", del director alemán Florian Henckel-Donnersmarck, y que recibió el Óscar a la mejor película extranjera en 2006. En ella se retrata la angustia de vivir bajo la presión de saber que, si dices o haces algo que sea mínimamente sospechoso, puedes ser interrogado hasta que admitas cualquier cosa.

Luego, he leído la última novela de Julia Navarro "Díme quién soy", en la que da un repaso, de la mano de un periodista investigador, a los acontecimientos vividos en Europa desde la guerra civil española hasta la reunificación Alemana. El libro se lee fácil y sus personajes nos llevan de forma amena hasta introducirnos, sin excesivas crueldades, a través de los horrores nazis y soviéticos, dando un repaso a los vaivenes del mundo emocional humano.

Entiendo ahora mucho mejor, gracias a la película y al libro, lo que pasó en Europa y más concretamente en Alemania, y las emociones vividas por el pueblo alemán cuando se derribó el muro el 9 de noviembre de 1989 y, casi un año más tarde, dejó de existir la RDA.


miércoles, 11 de agosto de 2010

Cuando leer es un placer

Con cierta frecuencia he hecho referencia en esta bitácora de la importancia que tiene la lectura en el desarrollo de nuestra personalidad.

Sin embargo, el acercamiento a ese mundo puede ser un fracaso si no se hace con naturalidad. Eso y que no todo el mundo piensa y siente lo mismo con respecto a los libros.

Para leer ya no hace falta comprar libros, o por lo menos no en el sentido tradicional del libro físico de papel adquirido en una librería. Hoy se lee mucho en Internet. Este mismo blog ha sido creado con la esperanza de que cierto número de personas lean de vez en cuando lo que aquí se escribe.

Para ser un buen lector es preciso formarse bien en la actividad lectora. Eso se consigue mediante una adecuada educación. Lo normal es que esa educación se reciba en la escuela, que el profesor o profesora de Literatura sienta la suficiente pasión por su trabajo y por la materia que imparte, como para transmitir los fundamentos de la literatura de calidad y las formas de distinguirla.

Cuando me inicié en la lectura, era yo muy niño. Recuerdo que estaba en el parvulario, lo que hoy se llama Educación Infantil, cuando la monja que atendía mi grupo me hacía leer ante mis distraidos y juguetones compañeros algunos cuentos de los que no guardo memoria. Recuerdo mi extrañeza de que ella se maravillara por algo que a mí me parecía de lo más natural. El caso es que me gustaba leer y, además, quería entender lo que leía. Si algún libro no lo entendía, lo dejaba hasta que encontraba otro que me gustara. Más tarde, descubrí los diccionarios y buscaba en ellos las palabras que no entendía.

Cierto es que entonces no había muchas más distracciones en los días lluviosos y fríos del invierno y eso facilitaba las cosas. Pero llegó a ser una necesidad vital tener algo nuevo que leer, sobre todo relatos de aventuras, viajes, biografías, etc.

Es importante no perder de vista que en literatura, como en música, no toda es buena. Leer literatura de calidad es lo que da las herramientas necesarias para discernir el grano de la paja. Y es ahi donde juega un papel fundamental la familia y la Escuela.

Cada día es más frecuente encontrar grandes faltas de ortografía en los medios de comunicación físicos, y no digamos en los digitales. Cada día es más frecuente encontrar usos inadecuados del verbo "haber", usado en vez de la acepción "a ver". Eso denota una falta de comprensión del lenguaje, de las palabras y de su apropiado uso.

Leer es un placer cuando se hace con gusto. Y se hace con gusto lo que da placer.

viernes, 14 de mayo de 2010

Bajo las ruedas


Estoy leyendo estos días la primera gran novela de Hermann Hesse, escritor de origen alemán pero nacionalizado en Suiza tras la primera guerra mundial.

"Bajo las ruedas" narra la historia de un niño alemán de finales del siglo XIX, que destaca en su pueblo natal por su inteligencia y facilidad en el estudio, por lo que accede a la posibilidad de proseguir sus estudios en un seminario protestante.

Hesse hace, a lo largo del relato, una crítica a los métodos educativos tendentes a formar las mentes de los niños según un patrón anticuado basado en exclusiva en la lectura y análisis de los escritores clásicos y sus obras.

Me ha llamado la atención un párrafo en el que describe la actitud de los maestros de la época frente a los chicos que eran rebeldes o que mostraban su desacuerdo ante la eliminación de su propia personalidad. Dice así:

"Nada asusta tanto a los profesores como los fenómenos que surgen en el carácter de chicos desarrollados precozmente durante los años, de por sí peligrosos, de la adolescencia./.../ Desde tiempos remotos se ha venido consolidando un profundo abismo entre el gremio de profesores y el genio. Cualquier atisbo de éste que aparezca en un colegio les resulta a los profesores de antemano odioso. Para ellos los geniales son esos chicos traviesos que les faltan al respeto, que empiezan a fumar a los catorce años, se enamoran con quince, van a las tabernas con dieciséis, leen libros prohibidos, escriben redacciones insolentes, miran de vez en cuando al profesor con sorna y acaban en el libro de clase, como febeldes y candidatos a un arresto. Un maestro de escuela prefiere unos cuantos burros en su clase a un solo chico genial. Y en el fondo tiene razón, porque su deber no es formar espíritus extravagantes, sino buenos latinistas, matemáticos y hombres de provecho. La cuestión sobre quién de los dos sufre más y peores cosas del otro, si el profesor o el alumno, cuál de los dos es más tirano y más verdugo y cuál de los dos estropea y envilece en el otro partes enteras de su alma y su vida no se puede analizar sin pensar con ira y vergüenza en la propia juventud. Pero éste no es nuestro asunto, y tenemos el consuelo de que las heridas cicatrizan en los verdaderamente geniales que se convierten en hombres y crean sus grandes obras a pesar del colegio. Más tarde, cuando ya están muertos y rodeados del agradable nimbo de la lejanía, son presentados por los maestros a las nuevas generaciones como seres magníficos y ejemplares. Así se repite, de colegio en colegio, el espectáculo de la lucha entre sistema y espíritu. Una y otra vez vemos al Estado y al sistema educativo empeñados con saña en arrancar ya de raíz los pocos espíritus profundos y valiosos que aparecen cada año. Y siempre suelen ser estos muchachos odiados por los profesores, castigados, escapados y expulsados los que enriquecen el tesoro de nuestro pueblo. Sin embargo, algunos --¿y quién sabe cuántos?-- se consumen en una rebeldía silenciosa y acaban sucumbiendo."

Lo he transcrito tal cual lo he leído en la décima edición, de 1979, que Alianza Editorial realizó dentro del formato "Libro de Bolsillo". Es evidente que las cosas no están como estaban a finales del XIX y princios del XX, pero nos sirve de punto de reflexión sobre cuál es nuestra actitud ante la rebeldía y la genialidad. Ante la inconformidad frente a lo establecido. ¿De qué forma tratamos estos casos? ¿Nos mueve el interés por ayudar a estos alumnos y alumnas cuando decidimos adoptar o aplicar medidas represivas? ¿O es más bien el miedo a aceptar nuestra incapacidad para dar una respuesta adecuada lo que nos mueve a ello?

En esa reflexión estoy.

martes, 12 de enero de 2010

Miep Gies, último testigo

Nos vamos quedando sin testigos directos de uno de los más famosos períodos horrendos de la Historia de la Humanidad.

Miep Gies, la mujer que se preocupó de que el diario de la niña Anna Frank no cayese en manos nazis y en el olvido, ha dejado de existir en esta nuestra realidad. Llegó a cumplir cien años, casi todos dedicados a dar testimonio directo de sus experiencias y vivencias durante la ocupación nazi de su Holanda natal.

El Diario de Ana Frank, que ella rescató del escondite donde estuvo la familia Frank durante dos años, es un testimonio interesante sobre las vivencias que va experimentando una niña de 14 años en un medio en el que se ve forzada a convivir con personas ajenas a su propia familia, hecho que conlleva un proceso de maduración personal más rápido y forzado que en situaciones normales de libertad.

Leí el libro cuando era adolescente y me pareció muy interesante. Sé que que hay gente interesada en que aparezca el famoso diario como un auténtico fraude, tratando de desprestigiar el diario y las vivencias en él descritos. Y hasta quieren poner en duda la autenticidad del propio Holocausto nazi. Yo creo que hay muchísimas más pruebas en favor de la autenticidad del diario, y desde luego, no cabe ninguna duda de que los nazis cometieron las inhumanas iniquidades que los supervivientes describen y muchas más que sólo los verdugos y sus víctimas supieron.

También estoy convencido de que en la actualidad siguen habiendo casos de iniquidades que pasan casi desapercibidas porque parece que no interesa destapar y publicar. Las personas somos muy susceptibles de someter la razón a las emociones, y actuar, en situaciones extremas, de una forma totalmente contraria a los fundamentos propios de la especie a la que pertenecemos. Por suerte, siempre hay personas que, en esas mismas situaciones extremas, sacan a relucir lo mejor de la especie humana.

¿Qué es lo que diferencia a unos y otros? La Educación recibida. Una educación basada en el respeto a todas las personas y a todo ser viviente del planeta, da como resultado un ser humano empático y capaz de rebelarse ante cualquier abuso y falta de respeto. Relatos como el de Ana Frank nos ayudan a comprender cuáles son los verdaderos valores de la Humanidad, y sería interesante usarlos en los comentarios de texto de las asignaturas de Literatura y Educación para la Cuidadanía.

miércoles, 30 de diciembre de 2009

El juego: la mejor actividad educativa

No es menester decir que estamos en las fechas más tradicionales para los niños y su mundo: el juego. La actividad natural en un niño es el juego. Muchas veces lo olvidamos y pretendemos que los niños se comporten como adultos y que muestren interés en cosas que tienen un formato tan serio y aburrido que hasta a los propios adultos nos cuesta un esfuerzo prestar atención.

Hagan ustedes la prueba. Inscríbanse en un curso de la Escuela de Adultos de su localidad, el que sea: Inglés, Valenciano, Graduado en Secundaria,... ¡A ver cuánto duran!

Pues para un niño o una niña, es mucho más difícil. Ellos no tienen el grado de madurez para entender que su educación es esencial para poder desarrollar las potencialidades que le permitirán hacer lo que de verdad deseen cuando sean adultos. Para ellos lo que cuenta es el presente, y lo que les estimula es lo divertido, igual que a los adultos, pero aumentado de forma exponencial.

Por ello, y según edades, el mejor camino para su motivación es el juego. El juego grupal, en el que aprenden los entresijos de la convivencia y del conocimiento de sus habilidades sociales. El juego en solitario, donde aprenden a afrontar retos por sí mismos y a consolidar la confianza en sí mismos y en sus potencialidades.

En el mundo infantil y juvenil, hay juegos y juguetes. Y suele suceder que lo más divertido e interesante no coincide con lo más caro o llamativo. Un juguete que lo hace todo, en el que la única intervención del niño es conectarlo, aunque sea llamativo y todo un logro tecnológico, tras el primer momento de admiración resulta ser aburrido.

Los niños y niñas buscan la interacción. Lo que más agradecen es el juego en grupo y, sobre todo, jugar con adultos. Eso es para ello un reto y una satisfacción ya que se sienten valorados y queridos. Los juegos de sobremesa, en los que puede participar toda la familia, son los que más "juego" dan. ültimamente han aparecido videjuegos familiares que son la "monda", pero que requieren de una inversión nada despreciable. También los videojuegos tradicionales pueden ser una solución para estimular en el niño o la niña el interés para afrontar retos intelectuales o de habilidades prácticas. Los juegos de montaje, tipo "mecano", o construcción de castillos, los muñecos con los que interactuar imitando situaciones sociales, los juegos de cartas, el tradicional parchís, y el ajedrez, son otro tipo de juegos tradicionales y muy divertidos para jugar en familia.

Por último, no quiero olvidar recomendaros que incluyáis entre los regalos de Navidad y Reyes, un libro. O mejor, dos. Adecuados a cada edad. Y también os recomiendo que habléis con el librero o la librera de vuestra confianza. Él, o ella, sabrán qué recomendaros.

Que tengáis un muy feliz y próspero año 2010.

sábado, 26 de diciembre de 2009

El cuento como vehículo educativo

La forma más antigua y eficaz de educar es contar cuentos. A través de los cuentos, historias ficticias, aunque estén basadas en hechos reales, se trans miten de forma natural y no forzada los valores y fundamentos de una cultura, de una sociedad ideal, de una forma de convivencia que resulte satisfactoria para todos. Evidentemente, también pueden servir para todo lo contrario.

Recuerdo que, de pequeño, no encontraba mejor medio de pasarlo bien que leyendo cuentos, mitos y leyendas de todo tipo. Y eso me ayudaba a comprender que en el mundo abunda todo tipo de personas y situaciones, las agradables y las desagradables. Y que las personas desagradables lo eran por su propia ignorancia y desconocimiento de los verdaderos valores.

Estamos en Navidad. Es el tiempo en que los niños están más motivados a recibir atención por parte de sus padres y demás familiares. Dejando de lado el hecho religioso (que no a todo el mundo satisface), lo cierto es que son los sentimientos y emociones lo que forman la base de la personalidad, el entramado de las relaciones humanas, y eso es lo que puede hacernos felices o desdichados. Los sentimientos de amistad, amor, empatía, alegría, etc., son típicos en estas fechas. Mucha gente desprecia la Navidad por la hipocresía que rodea esta fiesta, por el consumismo que impera en la sociedad y por lo trasnochado de los valores que, tradicionalmente, envuelven la Navidad.

Sin embargo yo me pregunto: ¿depende de los demás mi escala de valores? ¿Es la sociedad consumista la que me dicta lo que debo o no sentir en Navidad y el resto del año? ¿Tanto me cuesta mirar a las personas de mi entorno con otros ojos, tratando de ver lo que tienen de bueno y positivo? Y otra pregunta más: ¿Cómo me muestro a los demás? ¿Qué opinión tienen los demás de mí, de mis actitudes, de mis actos?

Los cuentos son las semillas que se siembran en la mente y la sensibilidad de los niños y niñas. Junto con el abono de nuestro cariño y comprensión de su realidad, esas semillas formarán la base de su personalidad. Elegir bien los cuentos, valorar adecuadamente las cualidades y habilidades humanas que fomentan, es parte de nuestra función como educadores.

Leer o contar un cuento a nuestros hijos o alumnos, es una de las mejor formas de inculcar en ellos los valores que conforman una personalidad fuerte y estable.


Algunas páginas de cuentos:

.- Cuentos para dormir

.- Los mejores cuentos.

.- Cuentos en inglés.

.- El valor de un cuento.

Las imágenes son del sitio "Encuentos.com"

sábado, 5 de diciembre de 2009

Algunas historias de "El loco"

Hay un viejo adagio que dice que "si lo que vas a decir no es más bello que el silencio, no lo digas." Conocí este proverbio en mis años de juventud y caló en mí profundamente. No obstante, a veces se me olvida y digo algunas tonterías innecesarias.

Es por eso que, a veces, paso algún tiempo sin insertar nada en esta bitácora. Son momentos en los que estoy en proceso de digestión interna, de procesos personales de cambio, de momentos en los que se requiere de la quietud del silencio para no incurrir en errores mayores y para dejar madurar el fruto de mi Ser.

Sin embargo, no todo tiene que salir de mis labios o de mis manos. Siempre ha habido buenos pensadores, buenos filósofos y escritores que, antes que nosotros, han dicho cosas útiles y buenas que sirven de inspiración y aliento a los que miramos también hacia dentro.

En esos años de juventud, hubo un filósofo que me impactó: Gibran Khalil Gibran. Y un libro suyo lleno de pequeñas historias que hacen vibrar la parte más profunda de nuestro ser: "El Loco", del que ya inserté un par de narraciones anteriormente.

Me apetece compartir con vosotros algunas historias más.

Los dos sabios.

EN LA ANTIGUA CIUDAD de Afkar vivían dos sabios. Cada uno odiaba y despreciaba la sabiduría del otro, porque uno de ellos negaba la existencia de los dioses y el otro era creyente.

Los dos se encontraron un día en la plaza pública en medio de sus discípulos, y comenzaron a disputar y argumentar sobre la existencia o inexistencia de los dioses. Después de horas de discusión, se separaron.

Aquella noche, el incrédulo fué al templo y se postró ante el altar para implorar perdón a los dioses por sus errores pasados.

Y a la misma hora, el otro sabio, el defensor de los dioses, quemó sus libros sagrados porque había abrazado el ateísmo.


La zorra.


UNA ZORRA miró su sombra al amanecer, y dijo: "Hoy preciso un camello para almorzar."

Y pasó toda la mañana buscando camellos. Pero al medio día volvió a ver su sombra, y dijo: "Con un ratón me bastará."



El perro sabio.

CIERTO DÍA UN PERRO SABIO pasó cerca de un grupo de gatos.

Al aproximarse y ver que estaban muy entretenidos y no se habían dado cuenta de su presencia, se detuvo.

En ese momento, un gato grande y serio se levantó, miró a los demás, y dijo:

--Orad, hermanos; y cuando hayáis rezado y vuelto a rezar, y no tengáis dudas, entonces, en verdad lloverán ratas.

El perro, al oir estas palabras, se rió en su corazón y se alejó diciendo:

--¡Ah, gatos ciegos y locos! ¿Acaso no está escrito y no lo he sabido yo y mis antepasados antes de mí, que lo que llueve a fuerza de oraciones, fe y súplicas, no son ratas sino huesos?

jueves, 20 de agosto de 2009

La ecuación Dante

No me pregunten por qué se titula así esta novela. A Dante no le nombran en toda la obra. Y a mí me rayan un poco estos detalles. ¿Por qué le han puesto este título a la novela? Me imagino que será por aprovechar el tirón de la saga de "El código DaVinci".

Eso me hizo sospechar, antes de decidirme a leerla, que tal vez no era buena señal que utilizaran semejante recurso de marketing para conseguir que fuese leído por el gran público. De todas formas, comencé a leerlo.

No tiene nada que ver con la saga de las novelas de embrollos sectarios y religiosos, aunque uno de los personajes sí es un rabino estudioso de los códigos ocultos en la Torá. Es una novela, en mi opinión, muy ingeniosa, logra mezclar la ciencia más moderna, -como la física cuántica, las ondas electromagnéticas, los portales espacio-temporales,- la psicología humana y la relación entre la materia y la energía mental. Todo eso con unos personajes bien definidos y de diversa condición psicológica y moral.

Evidentemente, no gustará a todo el mundo. Pero yo lo recomiendo, sobre todo si tienen la mente predispuesta a aceptar las nuevas teorías sobre la materia, la energía y su relación con el tiempo y el espacio.

Sólo tengo un pero, o un reproche, que hacerle a la versión castellana. Me temo que es un problema de traducción o de edición (o tal vez ambos). Hay pasajes que están muy mal escritos, no se cuida mucho la sintaxis y, en ocasiones, la falta de un acento o de un artículo cambia el sentido de la frase. De todas formas, esto tal vez pase desapercibido para la mayoría de la gente. A veces pienso si no seré un poco exagerado con esto de la corrección sintáctica.

Así es que, si tenéis oportunidad de leer esta novela, no dejéis de hacerlo. No os dejará indiferentes.

domingo, 10 de mayo de 2009

El teatro de Miguel Hernández

Acabo de leer "El labrador de más aire", una de las tres obras de teatro que compuso Miguel Hernández, y que yo no había encontrado aún en mi camino.

No soy lector de mucha poesía, la verdad. Pero no dejo de reconocer el mérito que tiene escribir una obra de teatro en verso. El próximo año se conmemorará el nacimiento de este poeta del pueblo que tantas emociones reflejó en sus obras. No es el teatro su faceta más conocida, pero aún así la considero de tanto mérito como el resto de su obra.

"El labrador de más aire" es un drama en el que se mezclan sentimientos tan diferentes como el amor no correspondido y la altanería de los amos frente a sus súbditos, en un ambiente rústico y campesino de Castilla. Se lee fácil (aunque algunas parrafadas son, tal vez, demasiado largas) y debe ser una gozada poder llevarla a los escenarios.

Transcribo una parte de los diálogos entre Juan (el protagonista masculino), D. Augusto (el cacique), Isabel (su hija) y Encarnación (la prima de Juan):

ESCENA V
Dichos e Isabel


Isabel:
Padre, ¿qué sucede?

Don Augusto:
Este mozo que se engalla
y a mi voluntad no cede
su soberbia

Isabel:
¿Cómo puede?

Juan:
Como cualquiera.

Encarnación:
Juan, calla.

Isabel:
Ignora seguramente
que las tierras que labora
son tuyas, y que su frente
se ha de inclinar obediente
a tus deseos, lo ignora.

Juan:
Cuando los deseos son
de ánimo injusto y violento,
mi frente y mi corazón
no hacen nunca inclinación
de cara o de sentimiento.

Don Augusto:
Yo te cortaré esas alas
de arrogancia que has criado,
por las buenas o las malas,
y acabaré con tus galas,
mozo de surco y arado.

Juan:
Por las buenas tal vez sí.

Don Augusto:
¡Y también por las peores!
Escuchadme, labradores,
a lo que he venido aquí…

jueves, 23 de abril de 2009

El día del libro

Resulta lógico, verdad, hacer referencia en una bitácora sobre Educación del Día internacional del Libro.

Para los que solemos leer todos los días un rato, aunque sólo sea media hora, es una conmemoración innecesaria, o al menos así lo veo yo. Pero es que no me doy cuenta de que no todo el mundo lee ni siquera esa media hora. No pasa nada, desde luego. El que no lee no es más tonto ni menos persona. Pero es indudable que el que lee suficientemente y sobre temas variados, sí que tiene más puntos de referencia para interpretar el mundo en que vivimos.

Y se trata de fomentar esa afición por la lectura en las nuevas generaciones, nacidas en la moda de la prisa, de los resultados instantáneos. Se constata que el libro no va a morir por culpa de los nuevos inventos. Las ventajas de los libros son tantas que lo hacen imbatible.

A un libro nunca se le acaba la pila, ni queda fuera de cobertura. Nunca pierde la señal cuando hay tormenta, ni sufre las interferencias de las industrias vecinas. No tiene cortes publicitarios, y puedes prestarlo sin que te persigan por ello. Puedes usarlo en el autobús, en el avión, en el tren... No es afectado por los virus, ni corre el riesgo de que se borren sus archivos.

Los hay de bolsillo, de edición de lujo, con fotos o sin ellas. De tapa dura o flexible. Siempre se pueden utilizar sin que quede obsoleto el soporte en el que están impresos, caben en cualquier sitio y no tienen cables.

Y son, en muchas ocasiones, el mejor compañero y maestro de la vida. Sobre todo en los primeros años de juventud. Luego, en la madurez, son amigos incondicionales.

Vamos, que todo son ventajas.

viernes, 13 de febrero de 2009

La historia de aquél que cavó su fosa

Cuento sufí:

Hace mucho tiempo hubo un rey que detestaba las luces por la noche, por lo que decía:

-Allah nos ha dado las estrellas y la luna y en la noche hace desaparecer el sol para que podamos dormir. Y, ¿durmiendo quién necesita luz? Por lo tanto esta misma noche no habrá ninguna luz prendida por el hombre en toda mi ciudad. Y si alguien encendiera una, morirá.

Esa misma noche, cuando oscureció, el rey miró hacia fuera desde una de las ventanas de su palacio y vio que toda la ciudad estaba a oscuras. Llamó a su visir y le ordenó que trajera disfraces diciendo:

-Saldremos a la ciudad y miraremos si alguien ha sido capaz de desobedecer nuestra orden.

Caminaron por todos los lugares y no vieron ninguna luz, pero cuando llegaron a la periferia de la ciudad vieron un débil brillo de luz y se dirigieron hacia él. Descubrieron que provenía de un café y que la luz no era más que una mecha sobre un plato de aceite. El rey y su visir entraron, se sentaron y pidieron café. Un joven se los trajo y era la única persona que había en el lugar.

El rey tomó su café, bebió un vaso de agua y le preguntó al joven:
-¿Te gusta el rey de este país?

El joven respondió:
-Para algunos será suficientemente bueno, pero para nosotros no lo es, y no me gusta.

Entonces el monarca dijo:
-Pienso que el rey es bueno y es el mejor de los gobernantes. Y desde su sabiduría ha prohibido la luz. ¿Cómo es que tienes una luz en tu negocio?

El joven respondió:
-¿Viene alguien a tomar café en la oscuridad? ¿Usted habría encontrado este lugar y estaría aquí ahora tomando café si no hubiera visto la luz? En este lugar nos ganamos la vida mi madre y yo y comeremos con lo que hemos ganado con su café. El rey no piensa en nosotros y no le importamos. Él sólo se sienta en su palacio y hace leyes tontas aconsejado por un malvado visir, cuyo único interés es hacer dinero con la expansión del reino.

El visir llevó la mano a su daga, pero el rey le hizo señas para que no hiciera nada. El muchacho prosiguió:

-Pero no le digan al rey que tengo luz aquí y no le cuenten mis palabras. Recuerden que aquel que cava una fosa para su hermano cae él mismo en ella.

Entonces el rey dijo:
-¿Qué es lo que has dicho?

El joven respondió:
-Dije, que aquel que cava una fosa para su hermano, cae él mismo en ella.

El rey quedó muy complacido con las palabras del muchacho, entonces le dijo:
-Sabes que yo soy el mismo rey y él es el visir. Te perdono por la luz dado que la necesitas para tu café. Y te perdono tus palabras dado que has dicho lo que estaba en tu corazón. Y como los reyes estamos necesitados de consejos sabios, vendrás todos los días a verme a mi corte y me dirás este mismo sabio consejo y yo te premiaré dándote oro.

El joven quedó muy complacido con las palabras del rey, pero el visir no, porque pensó que este joven volvería contra él el favor del rey. Todos los días el joven iba al palacio y decía esas palabras al rey y el rey lo premiaba con oro. Al rey le gustaba el joven y le concedió un manto de honor , tierras y riquezas.

Pero un día el visir se presentó delante del rey y le dijo:
-¡Oh!, mi maestro, hay algo que no me gustaría hablar.

-¿Qué es?, -preguntó el Rey.

El Visir contestó:
-El joven que viene a verte todos los días me habló diciendo; dile al rey que un olor feo sale de su boca, tiene un aliento horrible. Dile por favor que vuelva su cabeza cuando me hable para que no me enferme con semejante olor.

El rey se puso negro de furia y dijo:
-¡Qué vuelva la cabeza! Yo soy el rey y prefiero cortar cabezas. ¡Envíamelo!

Entonces el visir fue a buscar al joven y le dijo:
-El rey reclama tu presencia. Y me pidió que te dijera que un olor muy feo sale de tu boca. Por lo que es mejor que te cubras el rostro con tu manto cuando entres y vuelvas tu cabeza cuando hables.

Y el joven fue al rey y lo saludó. Se cubrió el rostro con su manto y desvió hacia un lado su rostro. Esto hizo que el rey se encolerizara y concibió cortarle la cabeza, cuando vio que el joven se volvía hacia un lado.

El rey le dijo al joven:
-Tengo la intención de hacerte el más feliz de todos mis súbditos. Entonces cogió papel y pluma y escribió una carta al capitán de la guardia del tesoro, la selló para que no pudiera ser abierta y se la entregó al joven diciéndole:

-Esto es una orden para que el capitán de la guardia del tesoro pague al portador la suma de cien mil dinares de oro. Ve y toma tu oro.

El visir se fue detrás del joven y había oído las palabras del Rey, sin saber cual era su plan, pensó:
-Mi plan ha fallado dado que le rey debe amar a este joven y no se ha enfurecido por su insulto. Ahora este joven será el más rico del país. Y empezó a pensar en la peor villanía posible. El no sabía que el rey había escrito “corte la cabeza al portador de esta carta”. Por lo que el visir fue detrás del joven y le dijo:

-Felicidades por tu buena suerte y te propongo ahora que eres rico me permitas ser tu sirviente. Seguro que los tesoros te engañaran, porque ¿sabes acaso contar semejante suma de oro? Por lo que dame tu carta y yo cobraré el dinero y te lo llevaré a tu casa con mis propios sirvientes.

El joven que era confiado le dio la carta y se fue a su casa a esperar al visir. El visir fue a al capitán del tesoro, le dio la carta éste la abrió y la leyó, al momento mandó a sus soldados que lo detuvieron y a pesar de sus gritos le cortaron la cabeza con una espada.

El rey que esperaba a su visir, al ver que no llegaba, mandó buscarle y así supo lo que había pasado. Quedó estupefacto por la noticia sin comprender qué había sucedido, de modo que mandó llamar al joven para le explicara. El joven le contó todo lo concerniente al visir y agregó:

-Vuestro aliento es dulce, pero el visir me dijo que mi aliento era pestilente.

El Rey complacido premió al joven y le convirtió en su visir de confianza en lugar de aquel que había cavado su fosa.

sábado, 31 de enero de 2009

Bhagavad Guita


Cada cultura, cada civilización, tiene sus mito, sus creencias, las bases de su forma de ser y sentir recogidas en textos que consideran sagrados.

En el mundo occidental, el más conocido el la Biblia, cuyo capítulo mas famoso es el Génesis. Luego se le añadió una segunda parte, que no tiene nada que ver con el conjunto, pero ahí está: el Nuevo Testamento, cuyos capítulo o Evangelios no han llegado demasiado puros e íntegros a nosotros. A su alrededor siguen orbitando los llamados "Apócrifos", evangelios no autorizados por la "SGAE" eclesiástica, siendo los más famosos los manuscritos del Mar Muerto o rollos de Qumrán.

Tan famoso como la Biblia es el Corán, que detalla las enseñanzas de Mahoma, el profeta de Alá, dios de los musulmanes. Confieso que es mi asignatura pendiente. No lo he leído y no quiero referirme a él sin haberlo hecho antes. La Torá de los judíos es uno de los libros del Antiguo Testamento, o Biblia, llamado Pentateuco. Todo esto, claro dicho a grandes rasgos y muy por encima y de lejos.

Mi intención al referirme a ellos es hacer una analogía entre estos libros, tan conocidos en Occidente, con el que titula esta entrada: el Bhagavad Gita (o Guita, indistintamente.) Este libro es un capítulo del famoso y antiquísimo (más que la Biblia, sin ninguna duda) Mahabarata, o gran guerra, libro sagrado de la India que relata en clave mistérica y misteriosa la gran guerra acaecida en la noche de los tiempos, en épocas de otra civilización anterior a la nuestra y, tal vez, más avanzada tecnológicamente que la nuestra.

El Bhagavad Guita (el canto del Señor o el Mensaje del Maestro), es un libro que narra las conversación que mantiene Arjuna, príncipe de los Pandavas, con Krishna (la humana encarnación del Supremo Espíritu.) Goza de mucha estima entre los hiduistas, y se le cita constantemente como prestigiosa autoridad en lo referente a doctrina. Su filosofía contiene las primordiales doctrinas hinduistas, tal como las exponen los brahmanes, y sus enseñanzas runen en armoniosa síntesis los diversos puntos doctrinales de los sistemas de Patanjali, Kapila y los Vedas.

A mí me impresionó mucho cuando lo leí por que venía a confirmar mi certeza de que, en el fondo, lo que vino a decir Jesús y otros avatares como Buda y demás profetas es prácticamente lo mismo. Es muy bello, un poema en prosa, y dentro de su belleza expresa los conceptos de la realidad de la vida y la muerte con total crudeza.

Recomiendo su lectura a todos los que buscan encontrar un sentido a esta vida material. Os dejo un capítulo, el XII, titulado "Yoga devocional".

ARJUNA.- Dime ¡oh, Señor!, ¿quiénes de los que Te sirven lo hacen con mayor fervor?
¿Quiénes están en el mejor sendero, los que te adoran como Dios en tu manifestado aspecto o los que Te adoran como el Absoluto, el Inmaculado e Infinito?
¿Quiénes son más doctos en el yoga?

KRISHNA.- Quienes con la vista puesta en Mí, me adoran como a Dios y me sirven con ardiente celo e inquebrantable fe, son para Mí los más devotos.

Pero también aquellos que me adoran como el Absoluto, Inmanifestado, Omnipotente, Omnipresente, Omnisciente, Incognoscible, Inconcebible, Inefable, Invisible, Eterno e Inmutable, y que gobiernan los sentidos y miran por igual a todas las cosas como cooperando a la felicidad de todos los seres, también llegan a Mí.

El sendero de los que Me adoran como el absoluto inmanifestado es mucho más áspero que el de los que Me adoran como Dios manifestado, porque es difícil para la finita mente del hombre concebir el Absoluto.

Lo visible no puede casi concebir lo invisible, así como el que posee cualidades no puede conocer AQUELLO que las trasciende.

También te digo, Arjuna, que a quienes ven en Mí al Actor de toda acción, y con sinceridad me adoran sin temor de castigo ni esperanza de premio, los libero de la cadena de renacimientos.
Deja que tu discernimiento penetre en Mí, y cuando abandones esta vida morarás en Mí.

Pero, si no eres capaz de fijar firmemente tu pensamiento en Mí, procura entonces llegar a Mí por el disciplinamiento y perseverante esfuerzo de la devoción.

Y si tampoco eres capaz de perseverante devoción, ven a Mí por el sendero del servicio y de las buenas obras.

Y si aun esta tarea es superior a tus fuerzas, sigue el sendero de la renunciación, y poniendo todas tu esperanza en Mí, renuncia al fruto de la acción.

En verdad, mejores son la sabiduría y el conocimento que la acción constante.

La meditación es mejor que el conocimiento.

La renunciación aventaja a la meditación, porque la renuncia a los frutos de la obras reparte paz y contento. En verdad te digo que Mi bienamado es quien no odia a ser alguno ni aborrece cosa alguna; que ama a la Naturaleza; que es misericordioso y compasivo; libre de orgullo, vanidad y egoísmo; imperturbable en el placer y el dolor; indulgente, siempre gozoso, con la mente fija en Mí.

Es Mi bienamado quien no teme al mundo de los hombres y está libre de cólera, de impaciencia, y no experimenta placer especto de las cosas finitas y perecederas.

Es Mi bienamado el que nada desea y el que, libre de ansiedad, puro, imparcial y ecuánime, renuncia a toda recompensa.

Es Mi bienamado el que no ama ni aborrece y se mantiene inalterable ante el amigo y el enemigo, en la fama y la ignominia, en la dicha y el infortunio.

Es mi bienamado quien, satisfecho de cuanto le sucede, sin hogar fijo en el mundo, pero teniéndome por morada en todas partes, recibe por igual la alabanza y el vituperio, y mantiene su pensamiento en Mí.

Pero son mis predilectos quienes están empapados del divino néctar de las enseñanzas que te he dado, ¡oh, Arjuna!, y las reciben con fe y devoción.

Así concluye la parte duodécima del Bhagavad Guita, titulada: Yoga Devocional

martes, 20 de enero de 2009

Cuento chino

Se suele usar la expresión "cuento chino" para señalar que una cosa es incríble o que no tiene fundamento razonable.

China es un país con una cultura y una tradición diferente por completo a la cultura y psicología occidental. Un país fascinante, misterioso e inquietante al que, para conocerlo, es preciso acercarse con la mente abierta y libre de ideas preconcebidas.

A través de sus cuentos y leyendas es como más fácil se puede iniciar uno en este acercamiento.

Hoy os muestro un ejemplo de cuento chino de verdad. Se trata de un cuento anónimo, pertenenciente a la dinastía Tang, de los siglos VII al X.


El encanto



Ch´ienniang era la hija del señor Chang Yi, funcionario de Hunan. Tenía un primo llamado Wang Chu, que era un joven inteligente y apuesto. Habían crecido juntos y, como el señor Chang Yi quería mucho al muchacho, dijo que lo aceptaría de yerno. Ambos escucharon la promesa, y como estaban siempre juntos, el amor aumentó día a día. Ya no eran niños y llegaron a tener relaciones íntimas. Desgraciadamente, el padre no lo advirtió. Un día un joven funcionario le pidió la mano de su hija y el señor Chang Yi , olvidando su antigua promesa, consintió.

Ch´ienniang, debiendo elegir entre el amor y el respeto que le debía a su padre, estuvo a punto de morir de pena, y el joven estaba tan despechado que decidió abandonar el país para no ver a su novia casada con otro. Inventó un pretexto y le comunicó a su tío que debía marchar a la capital. Como el tío no logró disuadirlo, le dio dinero, regalos, y le ofreció una fiesta de despedida. Wang Chu, desesperado, pasó cavilando todo el tiempo de la fiesta, diciéndose que era mejor partir y no empeñarse en un amor imposible.

Wang Chu se embarcó una tarde y había navegado unas millas cuando cayó la noche. Le dijo al marinero que amarrara la embarcación y que descansaran, pero por más que se esforzó no pudo conciliar el sueño. Hacia la medianoche, oyó pasos que se acercaban. Se incorporó y preguntó:

-¿Quién anda ahí, a estas horas de la noche?

-Soy yo, soy Ch´ienniang.

Sorprendido y feliz, Wang Chu la hizo entrar a la embarcación. Ella le dijo que el padre había sido injusto con él y que no podía resignarse a la separación. También ella había temido que Wang Chu, en su desesperación, se viera arrastrado al suicidio. Por eso había desafiado la cólera de los padres y la reprobación de la gente y había venido para seguirlo a donde fuera. Ambos, muy dichosos, prosiguieron el viaje a Szechuen.

Pasaron cinco años de felicidad y ella le dio dos hijos. Pero no llegaban noticias de la familia y Ch´ienniang pensaba cada vez más en su padre. Ésta era la única nube en su felicidad. Ignoraba si sus padres vivían o no, y una noche le confió a Wang Chu su pena.


-Eres una buena hija -dijo él- ya han pasado cinco años y se les debe de haber pasado el enojo. Volvamos a casa.

Ch´ienniang se regocijó y se aprestaron a regresar con los niños.

Cuando la embarcación llegó a la ciudad natal, Wang Chu le dijo a Ch´ienniang.

-No sabemos cómo encontraremos a tus padres. Déjame ir antes a averiguarlo.

Al divisar la casa, sintió que el corazón le latía. Wang Chu vio a su suegro, se arrodilló, hizo una reverencia y pidió perdón. Chang Yi lo miró asombrado y le dijo:

-¿De qué hablas? Hace cinco años Ch´ienniang está en cama y sin conciencia. No se ha levantado una sola vez.

-No comprendo -dijo Wang Chu- ella está perfectamente sana y nos espera a bordo.

Chang Yi no sabía qué pensar y mandó dos doncellas a ver a Ch´ienniang.

La encontraron sentada en la embarcación bien ataviada y contenta. Maravillada, las doncellas volvieron y aumentó el asombro de Chang Yi.

Entretanto, la enferma había oído las noticias y parecía haberse curado: sus ojos brillaban con una nueva luz. Abandonó el lecho y se vistió ante el espejo. Sonriendo y sin decir una palabra, se dirigió a la embarcación.

La que estaba a bordo iba hacia la casa: se encontraron en la orilla. Se abrazaron y los dos cuerpos se confundieron y sólo quedó una Ch´ienniang, joven y bella como siempre. Sus padres se regocijaron, pero ordenaron a los sirvientes que guardaran silencio, para evitar comentarios.

Por más de cuarenta años, Wang Chu y Ch´ienniang vivieron juntos y fueron felices.

FIN
Sacado de "Ciudad Seva"

sábado, 17 de enero de 2009

El niño con el pijama de rayas

Es un pequeño libro con menos de 200 páginas (194 para ser exactos) que se lee de una sentada sin dificultad. No obstante yo lo leí en una semana. Preferí saborearlo cuando me dí cuenta de que me iba a durar un suspiro.

Y es que da rabia que sea verdad aquello de "lo bueno, si breve, dos veces bueno".

Este libro, de John Boyne, es bueno. A mí me lo parece. Y no porque diga cosas nuevas o porque narre sucesos con un estilo exquisito. Me ha gustado porque cuenta lo que todos sabemos (el horror del exterminio de gente realizado por los nazis)desde el punto de vista y desde la inocencia de un niño de nueve años que no comprende las diferencias que los adultos atribuyen a las personas en base a su raza, sexo, religión o condición social.

No es un libro sangriento ni relatado con crueldad. Es un relato entrañable, emotivo, sencillo y sincero.

Me lleva a hacerme esta pregunta: ¿Cómo me comportaría yo en circunstancias extremas, tanto como verdugo cuanto como víctima?

Bien venida vuestra opinión, si lo habéis leído. A los que no, os lo recomiendo.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Dos velas para el Diablo


Hacía tiempo que no leía algo de Laura Gallego. Lo último fué la trilogía de "Memorias de Idhún".

Laura Gallego es una escritora para jóvenes. Es joven y escribe para jóvenes. Tal vez por eso no sea considerada como una autora "madura" o "seria", desde el punto de vista de los críticos o de los ránkings de autores de calidad. O tal vez sí y yo no me he enterado. El caso es que merece estarlo.

No obstante, tengo que deciros que, si os gusta leer novelas que tengan contenido educativo, leáis e invitéis a leer a vuestros hijos, sobrino o nietos alguno de los libros de Laura Gallego. Cuando digo "educativo" no lo digo en sentido didáctico, no. No enseña ninguna de las asignaturas del currículo de Primaria o Secundaria. Lo que enseña es a pensar, a sentir, a identificar sentimientos, a valorar las leyendas, a aprender de la historia, a reconocer el valor de la amistad, del honor, de la sinceridad y del valor para afrontar retos y sufrimientos. Todo eso que necesitan los jóvenes y que muchos adultos hemos olvidado. Por eso me gusta tanto lo que escribe Laura, porque revive en mí el vigor de la juventud.

Y como es tan fresco su estilo, tan familiar, tan ameno, como inventa unas historias tan creíbles, con unos personajes tan bien formados en su estructura emocional, resulta que acabas el libro en un plis-plás. Te quedas satisfecho, aunque deseas que haya más. Esa sensación de que aún quieres más.


Y eso me está pasando con su libro "Dos velas para el Diablo". Una historia que va de ángeles y demonios montada con una estructura genial y en primera persona. Mi hija Elena se quedó impresionada porque no había leído nunca una novela contada en primera persona y en tiempo real. Cuenta las cosas conforme van sucediendo.

Yo no os voy a comentar nada de la trama del libro, porque es tan sorprendente que le quitaría el encanto de ir descubriéndolo uno mismo. Sí que os puedo decir que la teoría que en él se contempla del origen de la especie humana es muy curiosa y genial. Y lo que se trasluce de la importancia del reconocimiento de la necesidad de que existan la Luz y la Oscuridad para el equilibrio del Mundo.

Mucho se habla de que los jóvenes de hoy día adolecen de falta de comprensión lectora. Eso se compensa leyendo. Éste en un buen libro para que los jóvenes aprecien lo divertido y estimulante que es leer. Y para que los adultos disfrutemos con novelas frescas y juveniles.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Pascual Plá y Beltrán, el centenario de un poeta ardiente

Ahora sí, el próximo 11 de Noviembre, martes, conmemoramos el centenario del nacimiento de Pascual Plá y Beltrán, en Ibi, mi pueblo, del que tuvo que partir junto a su madre y sus hermanas en circunstancias penosas. Pero mejor leer lo que él mismo escribió referente a esta etapa de su vida en el prólogo del libro "Hogueras del Sur", de 1935, en el que dice lo siguiente:

"Nací en la villa de Ibi, provincia de Alicante, el once de noviembre de 1908. Hijo de un jornalero y una lavandera. Mi infancia fue desharrapada y zigzagueante. A los seis años, siendo yo el mayor, tenía que cuidar de mis tres hermanitas. El hogar de mis padres era muy humilde. Faltaba el pan. Emigré al campo. De los siete años a los nueve años fui pastor de ovejas. Éste fue el tiempo más feliz de mi vida. Bebí en su luz pura el sol y el agua de los arroyos.

Hubo un accidente entre mis padres. Se separaron. Mis hermanitas y yo seguimos el rumbo de mi madre. Esto hizo que abandonara el campo y entrara de aprendiz de molinero. Después nos trasladamos a Alcoy. Estuve en una casa de bicicletas hasta llegar al oficio que más profundamente tenía que ensombrecer mi vida. Fui hilador mecánico. Durante ocho años las filaturas alcoyanas aplastaron mi corazón y mi cerebro. Mi columna vertebral se dobló en un tres arbitrario que me estigmatizaba la existencia.

Tuve tiempos de lucha. La línea de mi vida tenía dos paralelos: la literatura o la fábrica. La primera significaba el hambre; la segunda el agotamiento, la tuberculosis y la muerte. Entre la oscuridad de los dos caminos elegí el primero. Tenía para mí más atrayentes. Siendo completamente analfabeto, me llamaba apasionadamente la literatura. Dejé la fábrica. Fuí a Valencia y viví como pude. Dieciséis horas diarias de biblioteca me parecían poco. Leí bastantes libros malos. Me fuí orientando: Cervantes, Tolstoi, Miró, Valle-Inclán...

Hice mis primero poemas y artículos. Empecé a publicar en periódicos de provincia. En 1929 una de mis hermanitas estuvo al borde de la muerte. Necesitaba dinero. Se organizaron veladas en algunos centros proletarios. Leí mis poesías a los obreros. Después las publiqué en un tomito titulado "La cruz de los crisantemos". Eran unos versos románticos y anarquizantes que en los medios oscuros acogían con bastante sinceridad.

Giré caminos. Leí a los últimos poetas y me incorporé a las vanguardias literarias. Mi libro "Huso de eternidad", aparecido en 1930, es un tránsito hacia lo "puro".

Tuve un momento de silencio: "conspiraciones" con los politicos pequeño-burgueses y reportajes en las revistas más populares. Proclamación de la República. Apartamiento de lo antiguo y acercamiento a lo nuevo. Ingreso en la Juventud Comunista. Lectura de libros de Lenin. Primeros poemas revolucionarios. Agitación. La cárcel.

En 1932 rompo el fuego de la poesía revolucionaria en España con mi libro "Narja". Sigo esta línea

Me gustaría viajar. Cuando pueda iré a Rusia y China.

He trabajado en la constitución de la Unión de Escritores y Artistas Proletarios de Valencia.

Actualmente pertenezco al partido de Lenin. Vivo humildemente."

Os propongo ahora la lectura del poema nº 5 del libro NARJA, titulado


Asesinato



¿Adónde, ese olvido del plomo, sin azul

ni memoria de infinito?



Esa piedra, esa nube y ese pájaro helado,

En el lloro del sol,

En la impaciencia por el miedo de las

estrellas conmovidas

Y en el jinete gris del aire parado

y sin recuerdo.



Miradle.

En la mitad de la calle, patas arriba,

está.



Sus pies altos, sin vida,

Aún parece quisieran patear hondos cielos

y ensuciar altas nubes.

Ya sin ojos ni manos.

Sin los ojos con que advertía el robo

de los burgueses y los cuervos.

Sin las manos con que esgrimía,

vivas espadas, los gatillos de las pistolas

más audaces.



La lengua fuera y el rostro amoratado,

Está pidiendo a voces mudas su venganza.

Las bayonetas le han encendido rojas

e impresentidas flores en el cuerpo.



Nada ya.



¡Cuatro tricornios!

Cuatro piedras inmóviles le cercan.



Ya sin ojos ni manos,

Sin aliento ni voz.


Las imágenes que ilustran el poema las he tomado de la página de la Fundación Casas Viejas 1933

jueves, 21 de agosto de 2008

La Muerte como hija del Tiempo


La Ciencia se muestra cada día más audaz. Va perdiendo el miedo a imaginar y a considerar como posible todo aquello que puede ser concebido por la mente humana.

Acabo de leer "A través del Tiempo", de Brian Weiss, médico psicoterapeuta que alcanzó fama tras publicar su libro "Muchas vidas, muchos Maestros" en la que relata cómo tropezó, sin siquiera imaginarlo, con el mundo de las regresiones a vidas pasadas cuando una de sus pacientes retrocedió en sus recuerdos más atrás de su nacimiento, a una vida anterior.

La idea de la reencarnación no es nueva, ni muchísimo menos. Es un concepto que ha acompañado al ser humano desde siempre y que, sólo en momentos de oscuridad ideológica o fundamentalismos religiosos, ha sido abolida y erradicada de la cultura social. Sobre todo en el mundo Occidental.

El doctor Weiss ha llegado al convencimiento, a través del testimonio de sus muchos pacientes y de otros médicos en su misma situación, de que el ser humano es una entidad inmortal que cambia de soporte vital periódicamente conforme agota las oportunidades de crecimiento emocional, intelectual y espiritual.

Y muchos de los problemas, tanto físicos como psicológicos, que sufrimos son producto y resultado de experiencias dolorosas o traumáticas vividas en anteriores oportunidades. Así como las afinidades, simpatías o antipatías espontáneas entre las personas reflejan relaciones previas en anteriores encarnaciones.

Creer o no en estas cuestiones es fruto de una cultura, de una educación, recibida desde la infancia y que nos hace ver como lógica o como aberración cualquier idea.

Desde el punto de vista científico, cada día se hacen descubrimientos en el campo de la física cuántica y el de las matemáticas que demuestran que los conceptos del tiempo y el espacio no son, en realidad, como nosotros los percibimos. Que tanto el tiempo como el espacio son conceptos relativos cuyas propiedades varían en relación con otras fuerzas o variables, como la masa o la velocidad, que llegan a poner en entredicho la propia existencia del tiempo y el espacio.

Para los seres humanos, cuya inmersión en el materialismo exclusivo nos impide ver más allá de nuestros cinco sentidos, el tiempo se detiene cuando damos el último suspiro. Pero eso sólo ocurre cuando la Humanidad olvida sus orígenes, el principio energético del que procedemos y que hemos dado al olvido en los últimos 2000 años.

Platón, en el Mito de Er de su obra "La República", relata la historia de un soldado tras tener una experiencia de "cuasi-muerte".

Otros autores, como Elisabeth Kübler-Ross o Raimond J Moody, han escrito mucho sobre el tema, basándose en la propia experiencia en el trato con moribundos y gente con enfermedades terminales.

Para los que han vivido esas experiencias, su forma de afrontar la vida sufre un cambio radical, pasando a un primer plano en sus prioridades conceptos antes olvidados o menospreciados como el amor, la amistad, la alegría, la generosidad y el servicio a los demás.

A los que no estén conformes con este mundo materializado, les recomiendo investigar en estos campos, advirtiéndoles que, como en todas las actividades humanas, hay mucha paja entre el grano.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Unos momentos de Poesía

Confieso que no soy un forofo de la poesía. No suelo leer poemas aunque sé apreciar los que, en momentos de necesidad, me llegan al alma.

Hoy tengo necesidad de alimentar mi alma del sonido peculiar de las palabras y sus sentimientos, de la musicalidad del verbo, del arte de expresar sentimientos. Y siento necesidad de compartirlos con vosotros, los que soléis venir a esta página de forma anónima, aunque os intuyo y os aprecio.

Que tengáis un buen día.


de "Canto a mí mismo"
(versión de León Felipe)

14. Estoy enamorado de cuánto crece al aire libre,
de los hombres que viven entre el ganado,
o de los que paladean el bosque o el océano,
de los constructores de barcos y de los timoneles,
de los hacheros y de los jinetes,
podría comer y dormir con ellos semana tras semana.

Lo más común, vulgar, próximo y simple,
eso soy Yo,
Yo, buscando mi oportunidad, brindándome
para recibir amplia recompensa,
engalanándome para entregar mi ser
al primero que haya de tomarlo,
sin pedir al cielo que descienda cuando yo lo deseo,
esparciéndolo libremente para siempre.

18. Con estrépitos de músicas vengo,
con cornetas y tambores.
Mis marchas no suenan solo para los victoriosos,
sino para los derrotados y los muertos también.
Todos dicen: es glorioso ganar una batalla.
Pues yo digo que es tan glorioso perderla.
¡Las batallas se pierden con el mismo espíritu que se ganan!
¡Hurra por los muertos!
Dejadme soplar en las trompas, recio y alegre, por ellos.
¡Hurra por los que cayeron,
por los barcos que se hundieron en la mar,
y por los que perecieron ahogados!
¡Hurra por los generales que perdieron el combate y por todos los héroes vencidos!
Los infinitos héroes desconocidos valen tanto como los héroes más grandes de la Historia.


A María Santísima
(En toda su hermosura)

¡Oh elegida por Dios antes que nada;
Reina del Ala, propia del zafiro,
nieta de Adán, creada en el retiro
de la virginidad siempre increada!
Tienes el ojo tierno de preñada;
y ante el sabroso origen del suspiro
donde la leche mana miera, miro
tu cintura, de no parir, delgada.
Trillo es tu pie de la serpiente lista,
tu parva el mundo, el ángel tu siguiente,
Gloria del Greco y del cristal orgullo.
Privilegió Judea con tu vista
Dios, y eligió la brisa y el ambiente
en que debía abrirse tu capullo.

A Juan Sansano

Huyó del majo pueblo del Segura
echándose sin rumbo en el camino,
y al perderlo de vista en la llanura
llanto de sangre a sus pupilas vino.
Mas devoró en silencio su amargura:
y otro Alonso Quijano en su rocino,
fue el Ensueño su hermética armadura
y el Ideal su Yelmo de Mambrino.
En el Castillo-Venta de la Vida,
el Dolor consagrólo caballero
y fue en busca del néctar de la Fama...
y en una doble empresa decidida,
con gentil continente y rostro fiero,
peleó por su honor y por su dama.