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sábado, 17 de noviembre de 2007

El miedo



Todos hemos experimentado el miedo y sus efectos, ¿no es cierto? Tal vez, ahora nos reímos de ello, pero en algún momento lo hemos pasado mal.

El miedo es un sentimiento, una emoción, que tiene su raíz en los mecanismos de defensa y prevención instalados genéticamente en todos los organismos vivos. Es por lo tanto útil en tanto se someta a la racionalidad, al sentido común.

Ese sometimiento, esa "doma" del miedo, se realiza en las etapas infantiles, cuando el individuo comienza a experimentar y a sufrir consecuencias por sus imprudencias. La labor de los padres en esas etapas es fundamental. Formar el carácter para permanecer serenos en momentos críticos depende de nuestra propia actitud en momentos similares, y no vale despreciar el miedo o lo que lo motiva, porque eso equivale a esconder la cabeza, sino que lo correcto es valorar, en la medida de lo posible, el peligro real que pueda haber.

En cada edad, se puede soportar un nivel diferente de intensidad de estrés por miedo.
Hay películas infantiles, como "rebelión en la granja", que pueden ser adecuadas para un niño de dos o tres años, si está acompañado de un adulto que le libere de esa tensión dándole esperanza de que todo se solucionará, al final.

Todos recordamos los numerosos casos de ansiedad infantil y de miedo irracional que experimentaron no pocos niños al visionar los capítulos de la serie de "Marco", basada en el cuento "De los Apeninos a los Andes", del libro "Corazón, diario de un niño", de Edmundo de Amicis. En esta serie se somete a un excesivo estrés a los niños de cuatro a seis años causándoles graves episodios de angustia.

No obstante, si se está atento a las emociones de nuestros hijos, podemos ayudarles a gestionarlas adecuadamente.

La pregunta es, ¿sabemos hacerlo nosotros?


Nasrudín y el miedo

Nasrudín estaba caminando por un camino solitario una noche a la luz de la luna cuando escuchó un ronquido, en algún lugar, que parecía estar abajo suyo. De repente, le dio miedo y estaba a punto de salir corriendo cuando tropezó con un derviche acostado en una celda que se había excavado para él, en parte subterránea.
-¿Quién eres? -preguntó al sabio.Soy un derviche, y este es mi lugar de contemplación.
-Vas a tener que dejarme compartirlo. Tu ronquido me asustó demasiado y no puedo seguir adelante esta noche.
-Toma la otra punta de esta manta -dijo el derviche sin entusiasmo- y acuéstate aquí. Por favor, permanece en silencio, porque estoy manteniendo una vigilia. Es una parte de una complicada serie de ejercicios. Mañana tengo que cambiar la rutina y no puedo soportar la interrupción.
Nasrudín se durmió por un tiempo. Luego se despertó, muy sediento.
-Tengo sed -le dijo al derviche.
-Entonces, vuelve por el camino, donde hay un arroyo.
-No, todavía tengo miedo.
-Entonces, tengo que ir yo en tu lugar -dijo el derviche- después de todo, proveer agua es una obligación sagrada.
-No, no vayas, voy a tener miedo si me quedo solo.
-Toma este cuchillo para defenderte -dijo el derviche.
Cuando Nasrudín se quedó solo se asustó todavía más, metiéndose en una ansiedad que trató de contrarrestar imaginándose cómo atacaría cualquier demonio que lo amenazara.En ese momento volvió el derviche.
-Mantén tu distancia o te mato -dijo Nasrudin.
-Pero soy el derviche -dijo el hombre.
-No me importa quién eres, puedes ser un demonio disfrazado.
-Pero vine a traerte agua! No te acuerdas, tenías sed.
-¡No trates de congraciarte conmigo, demonio!
-Pero esa es mi celda, la que estás ocupando.
-Mala suerte para ti, ¿no es así? Vas a tener que encontrarte otra.
-Supongo que sí -dijo el derviche-, pero estoy seguro de que no sé que pensar de todo esto.
-Te puedo decir una cosa -dijo Nasrudín-, el miedo es multidireccional.
-Ciertamente parece ser más fuerte que la sed, o la salud, o la propiedad ajena -dijo el derviche.
-Y no tienes que tenerlo tú mismo para sufrir por su causa -dijo Nasrudin.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Claudio, hace unos días estuve hablando con una persona que me recomendó un libro titulado:"La anatomía del miedo" de Jose Antonio Marina, editorial Anagrama.
No he llegado a comprarlo pero a raíz de este encuentro estaba, casualmente, reflexionando sobre este tema y ahora leo este artículo en tu blog.Es un tema amplio y muy profundo que nos acompaña todo nuestra vida.La educación y las experiencias vividas son sin duda determinantes de nuestra relación con el miedo.
El miedo es tan complejo y con tantos matices que habría que prestarle mucha atención para transmitir a nuestros hijos y alumnos un sentimento equilibrado, como comentas, al respecto. Es una tarea difícil pero muy interesante. En los colegios se vive el miedo a los exámenes, a ser aceptado por los compañeros, a los castigos verbales o a veces psicológicos , a no tener tiempo de jugar porque se tienen obligaciónes con los deberes y estudios...esto crea ansiedad en los niños...ansiedad cercana al miedo o producida por él.Yo creo que mientras que existan dosis considerables de "miedo" en los niños y jóvenes, los adultos debemos seguir cuestionándonos qué transmitimos y cómo lo hacemos...Menudo campo de trabajo..

Sigamos buscando ...respuestas
Un abrazo