¿Esfuerzos justificados o inútiles?
Una de las características del ser humano es su gran imaginación. En realidad, la imaginación es una energía creadora de gran potencia, pero de efectos no inmediatos.
Estos días pasados en que se conmemoraba la llegada del ser humano a nuestro querido satélite, la Luna, hace cuarenta años, me llamaba la atención la gran campaña mundial orquestada en torno al evento. Y me preguntaba: ¿por qué? ¿por qué tanto interés ahora? Hace diez años no se le dió tanto bum-búm.
Por otro lado, coincidió el evento con el lanzamiento del transbordador espacial en otro viaje más hacia la estación espacial internacional. Esta estación está previsto que esté finalizada el próximo año. ¿Y luego, qué? ¿Cuál es el próximo paso? ¿Una colonia en la Luna? No, la Luna está demasiado cerca de la Tierra y puede verse afectada por lo que pueda sucederle al planeta en un futuro no demasiado lejano.
Lo próximo será una colonia en Marte. Es un planeta de condiciones y tamaño similares a la Tierra donde, con un esfuerzo asumible para acondicionarlo, se podría conseguir un asentamiento humano.
Todo esto trasciende la pura fantasía para entrar en el mundo de la imaginación. Siempre hemos mirado, la Humanidad, con fascinación al Universo, al cielo estrellado, y tal vez lo hayamos hecho con nostalgia. Porque, ¿qué sabemos de nuestros orígenes?
Ayer fué inaugurado el mayor telescopio del mundo, que está ubicado en nuestras islas Canarias, en la Palma concretamente, y se dice que puede explorar objetos que están a miles de millones de años luz de la Tierra. Es mucha distancia. Y es mucho tiempo, porque lo que se observa a esas distancias no es lo que acurre en la actualidad, sino lo que ocurrió hace miles de millones de años. Lo que tarda la luz que emitieron aquellos cuerpos en llegar a nosotros.
¿Y si nosotros ya hicimos, como Humanidad, un viaje que nos trajo a este planeta? ¿ ¿No es posible que seamos una especie nómada, que se dedica a expoliar planetas mientras evolucionamos hacia no sé qué formas o modos de Ser?
Y, por otro lado, también me asaltan preguntas como: ¿Todo eso es necesario? El gasto que representa investigar fuera de nuestro planeta, ¿no estaría mejor invertido en procurar resolver los problemas que nos acucian? ¿No sería mejor intentar salvar al planeta de los peligros que le acechan? ¿Con inversiones en Educación, en tecnología para la obtención de energía renovable, en formas de alimentación racional, etc...?
Y encima, me entero también de que el gobierno chino considera que en China falta mano de obra y ha decidido potenciar que las familias tengan dos hijos en lugar de uno. Si esto es cierto, la población mundial va a crecer a un ritmo todavía más acelerado y, en 25 años, habremos doblado el número actual. De 6.000 millones pasaremos a 12.000 millones.
Tal vez no sea tan descabellado que algunos círculos de poder consideren necesario emigrar para sobrevivir...
1 comentario:
Muchas preguntas y muy pocas respuestas amigo Claudio. Yo creo que la pasión por la investigación, el conocimiento, los descubrimientos, ... es innata del ser humano, aunque a veces yo también dudo de su utilidad. Por otra parte, respecto al crecimiento de la humanidad, observo que caminamos por la senda de la autodestrucción (al paso que vamos no cabemos todos).
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