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martes, 17 de enero de 2012

Manipulación mediática

Ésto debe ser ya antiguo, claro. Pero hace poco que he tenido conocimiento de lo que se llama el Decálogo sobre la Estrategia de Manipulación Mediática, que se atribuye a Noam Chomsky, y que voy a compartir con vosotros dado que me parece muy interesante que lo podamos reflexionar y discutir, llegado el caso.

De todos modos, la figura de Chomsky merece que le prestemos mucha atención, pues es una de las personas más críticas con el sistema que quieren implantar los poderes fácticos mundiales.

10 estrategias de manipulación mediática

1. La estrategia de la distracción.
El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes.
La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. ”Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales (cita del texto ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.

2. Crear problemas y después ofrecer soluciones.
Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.

3. La estrategia de la gradualidad.
Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.

4. La estrategia de diferir.
Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.

5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad.
La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad (ver “Armas silenciosas para guerras tranquilas”)”.

6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión.
Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido critico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…

7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad.
Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposible de alcanzar para las clases inferiores (ver ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.

8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad.
Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulga e inculto...

9. Reforzar la autoculpabilidad.
Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se auto desvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y, sin acción, no hay revolución!

10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen.
En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídos y utilizados por las élites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.

jueves, 5 de enero de 2012

La Luz del mundo

Siempre es aconsejable mantener la serenidad y el aplomo suficientes para ser dueños de nosotros mismos. Ser dueños de nosotros mismos...

La mente es el rey de los sentidos, es la que nos puede permitir lograr lo que nos propongamos, es el motor de nuestro SER. Es una herramienta. Una herramienta que tiene que estar en perfectas condiciones para realizar su trabajo.

Lo que más afecta a la mente son los sentimientos, las emociones, las pasiones. Unos son como el aceite, otros son como la herrumbre. Unos facilitan la acción de la mente y los otros la entorpecen.

En torno nuestro hay mucha oscuridad mental, y también hay personas que con su Luz iluminan nuestro camino. ¡Que suerte cuando las encontramos!


ESTÁ EN NOSOTROS SER LUZ...




Había una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida.
La ciudad era muy oscura en las noches sin luna como aquella.
En determinado momento, se encuentra con un amigo. El amigo lo mira y de pronto lo reconoce. Se da cuenta de que es Guno, el ciego del pueblo.
Entonces, le dice: 
-¿Qué haces Guno, tú ciego, con una lámpara en la mano? Si tú no ves..
Entonces, el ciego le responde: – Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mi…



No solo es importante la luz que me sirve a mí, sino también la que yo uso para que otros puedan también servirse de ella.
Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino para uno y para que sea visto por otros, aunque uno aparentemente no lo necesite.



Tenemos en el alma el motor que enciende cualquier lámpara, la energía que permite iluminar en vez de oscurecer…
Está en nosotros saber usarla.

lunes, 2 de enero de 2012

"Me doy permiso para..."

En ocasiones me llegan cosas que me ayudan a expresar lo que en mi corazón siento i vivo. Esta es una de ellas: un fragmento de un escrito de Joaquin Argente "Me doy permiso para..." publicado por Ediciones Obelisco en 1999.

Quiero compartirlo porque expresa mis deseos para este nuevo año, por lo que a mí respecta.

Me doy permiso para separarme y no estar con personas que quieren controlar mi tiempo:
Mi tiempo es mi vida y mi vida es mía; a nadie le debo explicaciones.
Me doy permiso para no andar corriendo por la vida sin vivirla…
Me doy permiso para hacer las cosas a mi propio ritmo…
Yo hago lo mío y los demás deben hacer lo suyo.
Me doy permiso para volverme atrás y cancelar cualquier compromiso que haya adquirido.
Decido darme la posibilidad de cancelar compromisos que con frecuencia he ido aceptando y acumulando por presiones y que luego no puedo cumplir porque son excesivos…
Decido no asumir más compromisos que los que mi cuerpo y mi mente puedan sobrellevar con ligereza…
Me doy permiso para separarme de personas que me traten con brusquedad, o violencia…
Soy un ser humano que trata con consideración y respeto a los demás; merezco también consideración y respeto…
  
No he nacido para entretener y dar energía a los demás a costa de agotarme yo: no he nacido para estimularles con tal de que continúen a mi lado.
Mi propia existencia, mi ser, ya es valioso. Si quieren continuar a mi lado deben aprender a valorarme, mi presencia ya es suficiente, no he de agotarme haciendo más…
 
Me doy permiso para no ver la vida tal como me dijeron en la infancia, como carencias, miedos y pecados: No creo que Dios quiera verme sufriendo y abrumado de privaciones. Veo el Dios del Cosmos, el gran Dios de las estrellas, los planetas, los océanos y los árboles, como un proceso de expansión y de abundancia.
Me doy permiso para no desaprovechar oportunidades y para disfrutar de todo lo que ya tengo, lo que soy y lo que llegaré a ser
A pesar de los mensajes que me inculcaron en la infancia me doy permiso para rechazar la idea de que el mundo es un valle de lágrimas y privaciones. Mi vida sexual y amorosa mis relaciones afectivas y de amistad y mis relaciones laborales no van a estar condicionadas por la miseria y la escasez.
Me doy permiso para que me encuentren quienes van a saber amarme y ser nobles y leales amigos…


 Me doy permiso para desarrollar mis capacidades creativas. Me permito empezar a escribir … relatos …
Que se alejen de mi los desanimadores y creadores de problemas estériles, no dedico mi energía a convencerles ni a justificarme sino a crear.
Me doy permiso para no complicarme la vida innecesariamente
Me doy permiso para no estar explicando todo lo que hago, aunque les parezca extraño a los demás…
Me permito callar y disfrutarlo…
… llevo demasiado tiempo haciendo y trabajando en exceso. Me han estado sobrecargando y yo me he dejado sobrecargar, ahora me permito parar y hacer o no hacer muy suavemente lo que me apetezca…
Me doy permiso para no agotarme intentando ser una persona excelente. No soy perfecto, nadie es perfecto y la perfección es oprimente…
…asumo mi derecho a poner límites y barreras a algunas personas sin sentirme culpable.
No he nacido para ser la victima de nadie.
Me doy permiso para equivocarme no solo una vez sino todas cuantas veces suceda.
Me doy permiso
para no involucrarme en embrollos emocionales, amorosos, laborales, o de cualquier otro tipo. Hay muchas situaciones y personas que los conllevan necesariamente, decido no entrar en sus juegos agotadores. Y reconozco con tranquilidad que en algunas de las relaciones de mi vida, yo he sido en parte responsable de la creación de problemas. Decido no continuar jugando el juego de victimas y verdugos.
Ni quiero ser el verdugo de nadie ni voy a ser victima. No participo mas en esos juegos de poder destructivos, no me sitúo en ninguna de las dos posiciones.

Me doy permiso para no estar esperando alabanzas, manifestaciones de ternura o la valoración de los otros.
Soy yo quien me valoro, me acepto, y me aprecio…
Me doy permiso para dejar salir al niño o la niña que fui…