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sábado, 7 de febrero de 2009

Un poco a la izquierda, por favor.

Hecho de menos el fuego y el entusiasmo que sentía que pululaba a mi alrededor cuando, hace treinta y pico años, deseábamos que acabara por fin una etapa de oscurantismo y dogmatismo político e ideológico.

En aquella época, los ideales fluían por doquier y los debates sacaban a relucir las aspiraciones de los jóvenes, movidos por el clásico idealismo y las ganas de romper con los esterotipos y las ideas anticuadas.

Éste en un mundo dual y cíclico. Dual porque sí. Porque lo vemos en todas las manifestaciones de la naturaleza, del medio en que vivimos y del que formamos parte, queramos o no. Todo en el Universo tiene su oponente, su parte contraria. No voy a poner ejemplos: todo el mundo los conoce. En los fenómenos naturales y en los humanos, el equilibrio entre los oponentes u opuestos es la clave para la estabilidad. El predominio de una facción da como resultado enfermedades y malformaciones. Surgimiento de plagas y de situaciones abusivas.

En política y en educación, también ocurre. Cuando una ideología o un partido se impone mayoritariamente en el poder, es inevitable que se produzcan abusos y corrupciones. Cuando una ideología se impone en educación, se olvida lo que de bueno tiene su oponente. Porque hay que tener claro que, incluso las ideologías son también duales y tienen un aspecto positivo y otro negativo, sea cual sea el punto de vista desde el que la observemos.

Hoy estamos asistiendo a un excesivo escoramiento de el pensamiento social y político hacia lo que tradicionalmente se ha llamado "la derecha". Un planteamiento que antepone el bien personal al bien común. Que sustenta sobre la base social el bienestar de los poderosos. Y ese escoramiento hacia la derecha da como resultado que, ideologías de izquierdas de toda la vida, hayan muerto o sido olvidadas, o que se hayan desplazado hacia un hipotético "centro" que no es más que un intento de sobrevivir, de no perder más votos, de poder continuar en la vida política.

Nos han engañado. Han conseguido que creamos que el bienestar personal y social se basa en el éxito económico, en ganar mucho dinero para gastarlo todo en cosas que no son necesarias, que sólo sirven para demostrar que tenemos éxito, pero que, al fin y al cabo no aportan nada a nuestro ser, no nos hace ser más felices, no nos hace experimentar la alegría de sentirnos útiles. Eso que tanto se oye hablar y muy poquitos saben qué es ni qué significa: solidaridad.

Ahora nos quejamos de que todo va mal. La economía va mal. La política va mal. La religión va mal. La educación va mal. La sanidad no va bien. Pero nadie se da cuenta de que, si sólo miramos por nuestro bienestar, por nuestro exclusivo bienestar, y esperamos que sean otros los que resuelvan nuestros problemas sociales, no se van a solucionar, porque los otros piensan igual que nosotros. Y estamos educando a nuestros hijos en esa ideología. La individualidad frente a la colectividad.

Creo que deberíamos tratar de compatibilizar las dos posturas. Ocuparnos de nuestros propios asuntos y dedicar un tiempo para los asuntos colectivos. Nadie quiere responsabilidades sociales. La comunidad de propietarios, la asociación de vecinos, los diversos colectivos que tratan de resolver problemas sociales, los donantes de sangre, los partidos políticos, las asociaciones de padres... Hay muchas formas de participar socialmente. Tan sólo somos capaces de aportar algo cuando somos afectados directamente o cuando son lúdicas: hogueras, comparsas, clubes deportivos de masas, etc.


Ahora llega Obama. Él ha conseguido que se reavive la llama de la cooperación y participación social. Ojalá le dé tiempo a conseguir muchas bocas que soplen esos rescoldos y consigan que la llama se haga grande. La Humanidad está frente a un reto tan importante, que de su solución depende su continuidad. No es para asustarse, pero sí para responsabilizarse.




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2 comentarios:

Basseta dijo...

Completamente de acuerdo contigo amigo Claudio. El debate aparente es "derecha" vs "izquierda", pero el debate real está entre lo "individual" y lo "colectivo".

Si sólo nos ocupamos de nuestro problema, nuestra casa, nuestro piso, nuestro coche, tendremos una sociedad enferma, un portal asqueroso, unas carreteras destrozadas y entonces nos quejaremos diciendo "¡Es que esto está muy mal!"

Esta dialéctica no es nueva y no han faltado voces a lo largo de la historia de España que han llamado al cambio. En su día el ilustre Antonio Machado escribió, un duro poema: lo tituló "El mañana efímero", y lo dedicó a Roberto Castrovido, es largo, pero merece la pena:

La España de charanga y pandereta,
cerrado y sacristía,
devota de Frascuelo y de María,
de espíritu burlón y de alma inquieta,
ha de tener su mármol y su día,
su infalible mañana y su poeta.

El vano ayer engendrará un mañana
vacío y ¡por ventura! pasajero.
Será un joven lechuzo y tarambana,
un sayón con hechuras de bolero,
a la moda de Francia realista,
un poco al uso de París pagano,
y al estilo de España especialista
en el vicio al alcance de la mano.

Esa España inferior que ora y bosteza,
vieja y tahúr, zaragatera y triste;
esa España inferior que ora y embiste,
cuando se digna usar de la cabeza,
aún tendrá luengo parto de varones
amantes de sagradas tradiciones
y de sagradas formas y maneras;
florecerán las barbas apostólicas
y otras calvas en otras calaveras
brillarán, venerables y católicas.

El vano ayer engendrará un mañana
vacío y ¡por ventura! pasajero,
la sombra de un lechuzo tarambana,
de un sayón con hechuras de bolero;
el vacuo ayer dará un mañana huero.
Como la náusea de un borracho ahíto
de vino malo, un rojo sol corona
de heces turbias las cumbres de granito;
hay un mañana estomagante escrito
en la tarde pragmática y dulzona.

Mas otra España nace,
la España del cincel y de la maza,
con esa eterna juventud que se hace
del pasado macizo de la raza.
Una España implacable y redentora,
España que alborea
con un hacha en la mano vengadora,
España de la rabia y de la idea.

Mr.X dijo...

Discrepo, el problema es la manera que tenemos de asumir la política entre Izquierda, Centro, Derecha. Hace unos años no te digo que no, pero ahora esos términos quedan un poco desfasados. El tema Individualismo y Colectivismo, creo que a nivel nacional es un Colectivismo estatalizado. Quiero decir con esto que creo que nadie en su sano juicio no piense en el bien de todos. Sea de cualquier partido, ya que en mano de todos y no de uno está la solución a cualquier problema que pueda surgir hoy o mañana.
El problema es el pasotismo que se ha introducido en la mentalidad de los jóvenes de hoy en día. No conocen la lucha ya que comen del sacrificio de otros.
La solución al problema, creo yo, sería que los jóvenes ante esta crisis obtuvieran una lección de humildad.
Un saludo!