Acoso y Violencia Escolar
Estos días pasados, desde la Federación de APAs de Alicante, hemos iniciado de forma decidida una actividad destinada a los padres y madres de alumnos, encaminada a la concienciación y educación en la convivencia para prevenir la violencia escolar y el acoso.
Esta actividad se concreta en la impartición de charlas diseñadas en colaboración con la Fundació per a la Qualitat de l'Educació, en base a las conclusiones de los estudios realizados por el Centro Reina Sofía para el estudio de la violencia.
Desde al FAPA nos empeñamos en transmitir el mensaje de que la violencia en el ambiente escolar es la menos abundante, donde menos casos se registran. Y nos basamos en los informes emitidos por el Defensor del Pueblo que así lo ponen de manifiesto.
En estas charlas decimos que la violencia no sólo es de naturaleza física, sino que también la hay sexual, económica y emocional. Y también llegamos a la conclusión de que la violencia en el entorno escolar no es más que el reflejo de la violencia en los demás ámbitos de desarrollo de la sociedad.
Y no sólo la física es la importante. La violencia emocional, las palabras, los gestos, las omisiones, los desprecios, duelen tanto o más que los golpes.
Y también llegamos a la conclusión de que sólo con una adecuada educación se puede luchar contra la proliferación de la violencia. Y que es responsabilidad de los padres, en primer lugar, el proporcionar esa educación para la convivencia -basada en el respeto y en los valores tradicionales- a sus hijos desde el mismo momento en que nacen.
Pero la cosa no acaba ahí. El Colegio tiene mucho que hacer para continuar esa labor educativa que nace en la familia, labor cada día más difícil y complicada dada la presión que ejerce el sistema social y económico en el que nos desenvolvemos. Los maestros y profesores necesitan una formación mucho más amplia y profunda en campos como habilidades sociales y psicología infantil, para facilitarles la labor a la hora de gestionar y motivar a grupos tan heterogéneos como los que actualmente conforman las aulas. También necesitan recuperar el grado de autoridad que les corresponde para poder ser mentores de sus alumnos. Y esa autoridad no se la pueden dar las leyes. La autoridad, en un sistema democrático, se gana con el respeto. La autoridad basada en el miedo no es autoridad, sino autoritarismo. De todas formas, los padres tienen la responsabilidad de educar a sus hijos en el respeto a los adultos, no en la obediencia, sino en el respeto. Se puede discrepar, pero con el debido respeto.
Luego está el papel de los medios de comunicación, sobre todo la televisión, medios que influyen tanto y que resultan muchas veces difíciles de controlar. Ciertas programaciones con apariencia de infantiles, como las series de dibujos "Padre de familia", "Shin-chan", "Los Simpson", "South Park", no son aptos para niños y, algunos, ni siquera para jóvenes, dado el nivel de violencia verbal y física gratuita que no sólo muestran sino que ponderan de forma "graciosa". Y los horarios. ¿Por qué algunas cadenas programan los fines de semana películas infantiles a partir de las 10 de la noche?
También en las charlas vemos que los niños hacen lo que ven hacer a los adultos. Principalmente a sus padres, pero también al resto de la sociedad, les compete la responsabilidad de educar con el ejemplo. No es coherente que nos quejemos de la creciente violencia, y malos hábitos, si nosotros mismos mantenemos esas actitudes.
Todos somos educadores, en mayor o menor grado, y somos, por tanto, responsables de la dirección que tome nuestra sociedad.
No todo lo van a arreglar los políticos.
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